Juan 3:16 "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su único Hijo para que todo aquel que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna".
La palabra de Dios nos dice que Dios nos amó de una manera tan profunda e incomprensible que entregó, dio lo que más amaba, a su único y amado Hijo para que viniera a la tierra en rescate por la humanidad. También nos aclara que "ÉL nos amó primero" Dios es la fuente del amor perfecto, del amor incondicional, eterno, del amor santo puro y justo.
Aun siendo pecadores, hundidos en nuestra maldad, Dios nos amó profundamente y envió a su Hijo a rescatarnos del infierno y de la muerte eterna. Por eso y aún más el amor de nuestro Señor Jesucristo es incomparable y poderoso, siendo nosotros paganos, fuera de su pueblo escogido, infieles, malvados y estando envueltos en nuestros propios delitos y pecados él lo dejó todo por amor a nosotros y vino a este mundo como un hombre más solo para salvarnos de las garras de satanás, nos dio una inigualable e imperdible oportunidad para ser santos y nos amó sin condición, por gracia, para que fuéramos sin manchas reconciliados con nuestro Padre Celestial.
Romanos 5:5 "Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado".
Cuando nosotros venimos a Cristo, nos convertimos en un templo para el Espíritu Santo, y el amor de Dios se derrama en nuestros corazones y podemos empezar a cambiar, a amar como Dios ama. El precioso Espíritu Santo de Dios nos limpia de todo pecado, del amor viciado, lleno de mentiras e intereses, en su mayoría unido solo a los deseos de la carne, a los sentimientos, que está diseñados por el mundo y por el diablo. El Espíritu de Dios nos liberta, nos ayuda, nos enseña, y nos limpia, como dice Romanos, nos transforma por medio de la renovación de nuestro entendimiento.
Solo Dios nos enseña el verdadero amor que procede del cielo, nos da amor de Padre y como niños nos enseña a amarlo a Él primero. Él es una fuente inagotable de amor, entonces podemos beber de ese amor y ser restaurados, aprenderemos a amar al prójimo y a amarnos a nosotros mismos. Él nos hace amar lo que Dios ama y nos hace aborrecer lo que Dios aborrece.
Amaremos las almas perdidas, llevaremos las buenas noticias de Jesucristo a cada rincón, y ya el amor carnal no nos manipulará, porque el amor de Dios, su amor santo y puro a sido derramado dentro de nosotros por su Santo Espíritu. El amor egoísta que solo busca su propio bien debe perecer, porque estaremos viviendo en su perfecto amor, sabiendo que el Espíritu Santo nos guiará a toda verdad.
1 Pedro 4:8 "Mas que nada, permanezcan amándose el uno al otro firmemente, porque el amor cubre multitud de pecados".
Amar sin condición para la humanidad es muy difícil, nosotros no sabemos amar, aun para el cristiano se convierte en un proceso, es crucificarnos, morir y seguir a Cristo, es un crecimiento.
El Espíritu arranca y siembra el verdadero amor, es una revelación y una transformación del día a día. En el mundo nuestro forma de amar casi siempre está condicionada, llena de egoísmo, injusticia, falsedad, interés, rencor, celos, infidelidad, manipulación, orgullo entre otros; pero en su infinito y perfecto amor Dios nos dio de ese amor gracias a Cristo Jesús quien después de su majestuosa obra salvadora, nos dejó al Espíritu Santo y ahora podemos permanecer amándonos unos a los otros.
Su palabra nos muestra una obra que es protagonizada por un eterno y Real amor a su creación. Estamos hechos a su imagen y semejanza, y podemos entender principalmente que el amor nos liberta, nos vivifica, perdona y olvida. Nos da nuevas oportunidades, crece, cree, no abandona, es fiel, tal cual como nuestro Señor Jesucristo. Solo su amor nos cubrió de multitud de pecados, se olvidó de todas nuestras iniquidades y transgresiones, los hecho todos al fondo del mar y nos dio libertad espiritual. Jesús nos sacó de prisiones de maldad, nos entregó el gozo de la salvación, vida y nuevas oportunidades para que creamos y crezcamos en aquel que es nuestro modelo a seguir, Jesucristo de Nazaret.
Quiero decirte que, tú amor en Cristo Jesús también cubre multitud de pecados a otros, borra de tu memoria el historial de maldad, te permite ver a las personas como Dios las ve, y da nuevas oportunidades al prójimo. Tu amor puede rescatar del oyó y hasta del mismo infierno un alma
Tenemos que aprender a ver con ojos de compasión a las personas, y no concentrarse en lo peor de ellos, así nos ve el Señor a nosotras, no nos descarta por nuestra maldad, ve en nosotras a mujeres de bien, con propósito, hechos para buenas obras, para adorarlo y servirle a él.
No podemos ser jueces, y como dice Romanos; en cuanto de ustedes dependa estar en paz los unos a los otros. Dios nos ayudará, has lo que puedas, lo imposible lo hará Dios. Tus oraciones harán la diferencia y le permitirán a otros conocer la verdadera vida y el amor en Cristo Jesús.
Yubisai Suniaga Rada















