Hay millones de mujeres en el mundo que sienten que nadie daría ni un centavo por ellas, se sientes completamente desvaloradas, creen que su vida no tiene sentido, no saben para que han nacido, nunca han sentido que agradan a los demás con sus hechos, se lamentan por su existencia, se sienten despreciadas y completamente solas.
En cada momento escuchamos historias de mujeres que se han sentido peor que una cucaracha, historias de mujeres que han terminado con su vida porque no encontraron un lugar en este mundo, mujeres que escucharon una voz interior que les decía una y otra vez "No sirves para nada", "nadie te quiere", "nada te sale bien", "eres una bruta" "hablas puras tonterías", "viniste a este mundo solo para hacer sufrir a los demás" "eres débil", "Nadie te quiere" etc... Estás palabras destructivas que pueden estar resonando en tú cabeza tienen como única misión destruirte, provocándote dolor, desanimo, desprecio de ti misma, inseguridad y temor, lastimosamente quiero que sepas que esto también afecta a todas las personas que están a tu alrededor, es transferido a los hijos, a los esposos, haciendo una cadena familiar en donde todos se sienten desdichados, faltos de amor, tristes y sin ningún tipo de valor en la vida.
Sabes; algún día en mi pasado y desde mi niñez me sentí como una niña y más tarde una joven que nadie entendía, de quien todos se burlaban, que exaltaban mis defectos y no mis virtudes, que me hacían sentir como un objeto sin valor que estaba de sobra ocupando un lugar en este mundo. Ya hecha una mujer adulta casada y con una hija está situación se hizo peor, parecía que todas las mujeres eran suertudas, bellas, admirables, profesionales, pero yo no era nada, no encajaba en ningún lugar, en ninguna posición, todas estas cosas me llevaron a la enfermedad, a la depresión, al dolor y a la soledad interna, era un calvario empezar cada día, pues ¿Para que un día más?, me preguntaba ¿Cómo puedo salir de esta vida oscura, triste y deprimente? ¡Nada vale la pena! ¿Quién podrá ayudarme a salir de este calvario?
Lo mejor de todo fue que siempre hubo un rayito de luz que no me dejo perder la esperanza de salir adelante y conocerme a mi misma. Reconocía que está situación no era normal y que había un problema serio dentro de mí que no entendía y que no estaba capacitada para resolverlo. Tenía que buscar la mejor y la más grande de todas las ayudas.
Quizás muchas mujeres estén pensando, "Bueno yo voy a buscar ayuda profesional", oh, "voy a buscar una terapia", "quizás la motivación personal me sea oportuna y de mucha ayuda" etc...
Particularmente no pensé en lo humano, ni en lo profesional, sentía algo dentro de mí corazón que me decía "¡Busca a Dios que fue quien te creo!, porque Él y solo Él tiene el manual de tu vida" ¡Excelente! -pensé- Quería saber ¿Para qué? y ¿Por qué? Me había creado Dios, solo Él tenía todas las respuestas, a todas mis preguntas. Estaba muy segura de que Dios podía callar esa voz que me había dicho desde mi niñez "No sirves para nada" "Nadie te ama" Él se iba a tomar todo los años que fuera necesario para decirme el valor tan grande que Él me había dado al crearme, me mostraría detalladamente para que funcionaba cada parte de mi ser, sanaría mi alma enferma, me enseñaría a sonreír y trataría con todos los problemas ocultos que llevaba en mi corazón desde mi infancia.
Y no tendría que pagar honorarios. ¿Qué más podía pedirle a la vida? ¿Por qué no probar? ¡Nada podía perder!
Ya tomada la decisión me encontraba a tan solo un paso de mi sanidad interior, de saber mi valor y probar lo que por primera vez sería una majestuosa victoria personal.
Fue así que me encontré con Jesús el Hijo de Dios. Comencé por creer y reconocer que necesitaba de su ayuda y de su amor.
Él me veía diferente a los demás, entendía mi situación, todo tenía solución en sus manos, mis virtudes sobresalían con tan solo encontrarme a su lado, con él mi corazón comenzó a sanar, a ser limpiado, él me veía con ojos santos, puros, sin maldad, para él está mujer parecía que no tenia defectos, me entregaba de su amor, mi valor estaba ligado a cuando Dios su Padre por amor a mí, lo había entregado a él en sacrificio.
Jesús tenía el poder y la total disposición de levantarme, liberarme de toda atadura de maldad, de socorrerme de la oscuridad, de decirme cuanto me amaba, de hacerme sonreír, de borrar esas palabras de mentira de mi corazón, de quitar todo dolor y amargura de mi vida, de enseñarme a valorar la vida, para hacerme una mujer nueva, segura, llena de luz y llena de paz...
Jesús es lo más hermoso, lo único verdadero y maravilloso que tengo en mi vida y quien me ha dado el valor de ser una hija y princesa de Dios.
Mujer, no lo pienses más, se valiente y atrévete a entregarle tu vida a Jesús y podrás ver el inmenso e infinito valor que tienes ¡Tú vales mucho! Toma un cambio de dirección, deja que Dios te guié y te muestre la verdad.
"Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará". Salmos 37:5