Mateo 18:21 "Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿Cuántas veces perdonaré a alguien que peque contra mi? ¿Siete veces? 22 Jesús le dijo: No te digo siete veces, sino hasta setenta veces siete.
¡Perdón! Una palabra muy corta, pero con una profundidad, un poder y autoridad tan grande, que su poder puede llevarte al cielo o al infierno. Puede ponerte cara a cara ante Dios, o cara a cara ante el Diablo. Puede permitirte vivir libre o encarcelada, enferma o sana, amargada o feliz, prospera o pobre. Puede robarte el presente, el futuro, el propósito y hasta una familia.
El perdón es poderoso, pero también controversial y escandaloso. En nuestro propio contesto dependerá de nosotros. Puede ser selectivo, unos lo merecen y otros no. Para la gran mayoría es difícil expresarlo, darlo, recibirlo, pedirlo, aceptarlo. En el concepto humano y en la política el perdón es llamado "Indulto" que es la extinción de la responsabilidad penal, es eliminar la pena que el individuo merece. Pero en el Reino de Dios y para el cristiano todos estos conceptos deben cambiar. Jesús lo dio por gracia, nadie lo merecía, pero él estableció el perdón como una medida de reconciliación con Dios Padre. Jesús llevó nuestros delitos y pecados y murió en nuestro lugar para indultarnos ante Dios y así quitar toda responsabilidad penal que teníamos ante los Tribunales Celestiales. Es así que somos justificados.
El Perdón de Dios nos dio una nueva oportunidad, nos permitió nacer de nuevo, olvidar, amar, dejar atrás, liberarnos nosotras y liberar al transgresor. Definitivamente el perdón es el arma más poderosa, escandalosa y potente que a tocado la humanidad.
Según la Real Academia Española, la palabra perdón y perdonar viene del prefijo "per" y del verbo latino "donare" que significan: "per" pasar, dejar, cruzar, adelante y "donare" donación, regalo, obsequio, dar. Lo que Jesús hizo.
En el Antiguo Testamento se asocia el perdón con la expiación, que era hacer sacrificios para vindicar las ofensas a Dios. En el Nuevo Testamento, el sacrificio de Jesucristo en la Cruz, es la expiación dada al Padre para el perdón de los pecados de la humanidad. Jesucristo el Cordero de Dios, la garantía divina del perdón. Y Dios dice que no se acordará más de nuestros pecados, los tira en "Lo profundo del mar"
Efesios 1:7 "En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia"
Como podemos ver, la palabra perdón, no es cosa de hombres, ni se dijo por primera vez aquí en la tierra, sino en el cielo. No salió de la boca de los hombres, salió de la boca y del corazón de Dios. Todos hemos necesitado el perdón de Dios, porque lo hemos ofendido, nuestra maldad nos alejó de él y todos hemos dañado a otros en algún momento. Todos transgredimos y ofendemos a otras personas.
También se dice que el perdón es un sentimiento, como una acción, una decisión personal voluntaria. Cuando el perdón se ejecuta, somos liberados de la cárcel del rencor. Del resentimiento, enojo, amargura, ira, odio, miseria, enfermedades, cáncer, opresiones demoniacas. Te permite salir del pasado y te trae al presente. Te saca de muchas cárceles espirituales y te liberta del yugo de satanás, de sus verdugos espirituales que te persiguen y te atan por causa del rencor. Te saca de la ruina natural y espiritual a la libertad para recibir la bendición de Dios. Sabes porque sucede esto, porque el perdón es más que un sentimiento, es un acto extremadamente espiritual. Es una acción y un regalo dado por el Reino de Dios. Sin embargo en la parte contraria, el enemigo odia el perdón porque él nunca lo recibió de Dios, de él son el rencor y el odio, eso pertenece al reino de las tinieblas a satanás.
La falta de perdón trae consecuencias. Muchas enfermedades son productos de la falta de perdón. Enfermedades en los huesos, en el sistema digestivo, en la piel, hormonales, cánceres, caída del cabello etc... Estás son enfermedades que empiezan en el alma por una ofensa o una transgresión personal, y terminan en el cuerpo. El rencor con todos sus acompañantes, empieza en la carne por una ofensa, afecta el alma, va a la profundidad de las personas, trabaja desde los pensamiento y destruyen esa vida.
Si no sacas de adentro, un dolor, una ofensa o un duelo, es entonces que, con el tiempo, ese agravio hace como especie de un nido, y empieza a cimentarse y a echar raíces, y se crean como especies de tumores espirituales en el alma, que cuando no se detienen o destruyen ejecutando el perdón, terminan desarrollándose en el cuerpo tumores físicos, como tumores malignos, artritis reumatoidea, enfermedades raras que los médico no saben de dónde salen, y otros muchos tipos de padecimientos. Envejecimiento, depresión, deseos de venganza, ira, dureza y frialdad en el corazón. Todo esto producto de la falta de perdón.
Presta atención el rencor con seriedad y responsabilidad, porque no te hablé de cómo te conviertes en un portal para los demonios ¿Por qué? Recuérdalo, porque el perdón es espiritual. Él puede llevarte a la muerte y yo sé que tu no quieres eso. Tú quieres ser libre, quieres salir de la cárcel del rencor y de sus verdugos y entrar a los atrios del Señor. Hacer su voluntad, ser libre para vivir en paz, en amor y avanzar, crecer y prosperar en la vida. El perdón no es una práctica ejercida solo por el cristianismo, es también un ejercido adquirido en todas las religiones como algo liberador y de sanidad del alma e incluso como un valor moral.
Recibe el perdón de nuestro Señor Jesús y pídele que sane tu corazón y que te ayude y te enseñe a perdonar a otros.
El tema del perdón es muy amplio, así que más adelante te seguiré hablando de está acción ante el Reino y los tipos de perdón. Luego te contaré de mi testimonio con el perdón.
En breves palabras déjame en la caja de comentarios tu historia con el perdón o con el rencor. Suscríbete. Y Recuerda que también puedes hacer petición de oración.
Un fuerte abrazo Yubisai