Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
Hay que empezar por decir, que Dios es
maravilloso y seguirle y poner nuestras vidas a sus pies es un privilegio.
Jesús, el Hijo de Dios, nos muestra como él se sometió a la voluntad de su Padre
y cumplió su plan, a pesar de lo difícil y doloroso que era porque le amaba. Amar a nuestro Dios marca un precio a pagar,
obedecer su palabra es renunciar a nosotros mismos y rendirnos a su verdad en obediencia. La
biblia nos muestra que los personajes bíblicos que decidieron seguir la
creencia de un Dios único, creador y Todopoderoso, que enviaría a un Mesías
salvador, un Dios que deseaba tener una relación personal con ellos y que ellos se rindieran a él y lo amaran como a un
padre, ese Dios era el mismo que los estaba esperando, para revelarles el plan
que tenía con ellos e indicarles lo que tenían que hacer, haciéndoles saber que
eran escogidos y que él tenía un propósito para cada uno de ellos, así como lo
tiene hoy, con cada una de nosotras.
Cuando llegamos a la vida cristiana pensamos
que todo es fácil, quizás pensemos en el retiro y nos tirarnos en un sillón para
dejar pasar la vida, pero eso está bien lejos de la realidad, la verdad es otra,
Jesucristo nos advierte que en este mundo tendremos aflicciones, hay batallas que pelear, pero debemos
confiar en él, porque Jesús ya venció todas las adversidades.
A ninguna palmera cuando germina, Dios le
advierte que en algunos momentos tendrá que soportar tormentas, tornados,
huracanes, sequias, sol, aun así en el día malo, ella resiste los vientos y nunca se rinde, ella sabe que en su tiempo dará frutos, porque esa es su hechura original, la que le permite resistir los tiempos malos, y así mismo sabe que luego
vendrá la calma. Así mismo somos nosotras, estamos hechas para salir adelante en cada situación, somos seres pensantes e inteligentes, Dios nos dará la salida en cada prueba y confiar que tomadas de su mano saldremos en victoria.
Ten paz en medio de las pruebas, de los
cambios, de los procesos, no te desanimes, reincorpórate cada día en fe, sabiendo que no estás sola, recuerda que para el que ama a Dios todo, absolutamente
todo, obrará, producirá, multiplicará para tu bien, según sea tu llamado y el propósito
que el Señor designo para ti. Resiste firme en sus promesas, declara su palabra y persevera en el proceso, que en Dios nada es un
desperdicio, tu testimonio dará buenos frutos de la veracidad, el cuidado, la
bendición y el amor de Dios por ti, recuerda, Dios no miente y si lo hizo contigo, tu testificarás que también
lo puede hacer con otras. Eres más que vencedora en Cristo Jesús.
Ora: Dios Todopoderoso, te amo, y te creo. Tu me sustentas y me cuidas y
creo que estas conmigo en cada proceso y en cada prueba, confió en que mi amor y
tu amor hace un vinculo de confianza y fidelidad que hace que me acerque cada
vez más a ti, y que el proceso aporte sabiduría y conocimiento para el propósito
para el cual tu me has llamado. Renuncio a toda mentira del diablo y recibo tu
verdad y tus promesas, me fortalezco en tu Santo Espíritu. No temeré, entendiendo que, todo
me ayuda para mi bien.