jueves, 23 de octubre de 2025

SALMO 91 SALMO DE PODER

  
1 El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.

2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.

3 Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.

4 Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.

5 No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día,

6 ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.

7 Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.

8 Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.

9 Porque tú has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación,

10 no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.

11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.

12 En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.

13 Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.

14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

15 Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré.

16 Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.

(Versión Reina Valera)


El Salmo 91 es un salmo de poder. Creo que muchas de ustedes conocen a alguien que tenía una biblia en la sala abierta en el salmo 91. Pero este no es un salmo mágico, son verdades espirituales que actúan en la intimidad, autoridad y comunión de un individuo con Dios. Personalmente, pude experimentar una gran liberación por causa de este salmo.

También, es un himno de confianza y seguridad en nuestro Creador, especialmente en tiempos de peligro y adversidad. Es entender que si nos refugiamos en Dios estaremos protegidas de cualquier mal. Dios en Jesús es nuestra fortaleza donde podemos escondernos y estar a salvo. Promete protección contra plagas, trampas y ataques del enemigo.

En él se nos muestra la fidelidad de Dios y su compromiso de proteger a quienes lo aman y lo conocen. Dios promete librarlos, honrarlos, y darles una larga vida. Se cree que este salmo lo escribió Moisés y él da testimonio como Dios lo ha guardado y le ha sido fiel a sus promesas. Pero hoy, nosotras también podemos dar testimonio de como Dios nos a protegido de las artimañas de Satanás y de cómo su cuidado a través del Espiritu nos a dado las estrategias y aun con este salmo, nos a instruido para proclamarlo y destruir las obras del diablo en nuestras vidas.

Vivamos en la presencia de nuestro Dios, oremos con fe en Cristo Jesús y pidamos al Espiritu la sabiduría para creer que él nos hace fuertes, nos guarda y contesta nuestro clamor. Hay autoridad y poder en nuestra boca por causa del Señor. Defiéndete del mal y proclama victoria. ¡Gloria A Dios!


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Yubisai Suniaga Rada
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miércoles, 22 de octubre de 2025

SALMO 51 "PURIFÍCAME CON HISOPO Y SERÉ LIMPIO"

 


Salmos 51:7 “Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve”.

Según lo que nos relata la biblia, David escribió este salmo después de que el profeta Natán lo confrontó por su pecado con Betsabé y por la muerte de su esposo, Urías. Después del encuentro con el profeta, David se da cuenta de la gravedad de su pecado, y que no era oculto a los ojos de Dios y se sintió profundamente conmovido y arrepentido.

Con esta historia, el rey David nos deja una gran enseñanza de lo que significa el pecado y sus amargas consecuencias. Pero también nos enseña ha como ir delante de Dios y humillarnos ante él arrepentidas y en busca de su misericordia. 

Este salmo es poderoso y revelador, y todo el salmo nos guía a desnudar el corazón ante nuestro creador y clamar por su perdón y la restauración de nuestras vidas.

Lo primero que tenemos que hacer ante una caída, es arrepentirnos con profundidad, lloro, clamor y suplica, reconociendo la gravedad de nuestras acciones, sin defendernos, excusarnos o culpando a otros. Admitir en su presencia que le hemos ofendido y que hemos entristecido al Espíritu Santo. David no intenta justificarse ni minimizar su culpa, nosotras tampoco debemos hacerlo. Tenemos que quitarnos esa falsa idea de que, “yo soy buena”, la biblia dice que bueno solo es Dios. Hay que reconocer abiertamente nuestras maldades, iniquidades, transgresiones, así como la necesidad del perdón y de que seamos limpiadas. “Purifícame con hisopo y seré limpio”, “lávame”.

Dios es un Dios de restauración, él anhela restaurarnos, pero nosotras también debemos anhelar ser restauradas para mantener una comunión abierta con el Señor. Perdonadas, limpiadas y liberadas. En el pecado le damos parte al enemigo, por eso, es importante pedir liberación y renunciar a entes de maldad en nuestra vida. Y todo esto lo podemos lograr con humildad, reconociendo que somos frágiles y que sólo podemos depender de la Gracia de nuestro Señor. “Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades”.

  • 1.       Expresión de arrepentimiento.
  • 2.       Confesión de pecado.
  • 3.       Súplica por el perdón
  • 4.       Liberación
  • 5.       Restauración de nuestra relación con Dios.

Todo pecado es una ofensa contra Dios, y las primeras afectadas somos nosotras, así como también podemos afectar a otros, y con ello una gran fractura en nuestra relación con el Espíritu Santo. Tenemos que anhelar un corazón puro y recto. Este salmo es importante aun hoy para todos los creyentes. Dicho esto, pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude espiritualmente a quedar más blancas que la nieve, y que seamos transformadas por el poder de Dios, Jesucristo pagó por todos los pecados de la humanidad, y clavó en la Cruz toda acta de decretos que nos era contraria, en él tenemos redención y por él podemos ser perdonadas. Ven a sus pies, pide perdón y no peques más. 

Y, si todavía Jesucristo no es tu Señor y Salvador dile así: "Señor Jesús, entra a mi vida, entra a mi corazón y perdona toda mi maldad y todos mis pecados, me entrego a ti. Inscribe mi nombre en el libro de la vida y guíame con tu Santo Espiritu".  ¡Amén!

Efesios 1:7: "En él (Jesús) tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia".


Yubisai Suniaga Rada

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lunes, 20 de octubre de 2025

EL BIEN Y LA MISERICORDIA ME SEGUIRÁN

 


Salmo 23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Creo que, todos en algún momento hemos declarado esta oración: “el bien y la misericordia de Dios me persiguen todos los días de mi vida

Pero, ¿a que se refiere con "El bien y la Misericordia"? Por un lado, he escuchado que el “bien y la misericordia” son dos ángeles que te producen el bien y la misericordia de Dios. Y por otro lado, dicen que el bien se refiere a la bondad, la generosidad y las bendiciones que Dios te provee cada día. 

Es todo lo bueno que experimentamos en la vida, como la salud, la provisión, las relaciones, la alegría, la paz etc, y cómo estas se estacionan en tu vida. Y la Misericordia la entendemos como el amor incondicional, la compasión y el perdón de Dios. Es su gracia, su capacidad de perdonar nuestros errores y de darnos nuevas oportunidades mientras caminamos en él y con él.

"Me seguirán todos los días de mi vida": Esto significa que el bien y la misericordia de Dios nos acompañarán constantemente, cada hora, cada minuto, a donde vaya y en cada momento de nuestra existencia. No importa si estamos en pruebas o pasando circunstancias duras, la palabra dice que: "Para los que aman a Dios, todas las cosas nos ayudan a bien". Y todos los días se refiere a una presencia constante, no ocasional.

"En la casa de Jehová moraré por largos días": Casa de Jehová, su presencia en la tierra, en su iglesia, al lugar de adoración, la koinonía con nuestros hermanos, en nuestra vida y la vida eterna con Dios. También "casa de Jehová" puede referirse o simbolizar la vida en comunión con Él para siempre; somos nosotros habitando en él, en su Reino en la tierra. Y la palabra “ciertamente”, nos asegura que es una determinación que es puntual y verdadera.

David, nos habla de fe y así la declara dándonos testimonio de su confianza en Dios. El salmista reconoce que el bien y la misericordia de Dios son constantes en su vida, y que él anhela vivir en el amor, en la misericordia y en la presencia de Dios cada día y para siempre.

Jesús de Nazaret nos dijo que el Consolador, su Espíritu, estaría con nosotros todos los días y hasta el fin del mundo. Él nos ayudaría, enseñaría y nos revelaría toda su verdad; para mí, esto es parte del bien y la misericordia de nuestro Padre Celestial. Es parte de su amor, fidelidad y su bondad. Por ello, así como David lo proclama, yo lo proclamaré, creyendo en fe que su bien me sigue y en gratitud me regocijaré y lo exaltaré por sus bondades, en su casa y con todos mis hermanos en Cristo Jesús. 

Dios es bueno, por eso hoy estoy más segura que en cualquier época de mi vida, y después de tantos procesos y pruebas, que el bien y la misericordia de Dios me han seguido y me han alcanzado. Así mismo, te animo a que tengas fe y a que lo creas con todo tu corazón y lo declares como el salmista David, porque tu Padre es bueno y te ama con amor eterno, sus misericordias para ti han sido nuevas cada mañana y su bien te ha sustentado cada día. ¡Gloria a Dios!


Puedes continuar leyendo la Serie del Salmo 23 en estos enlaces: 

Unges mi Cabeza con Aceite 

Aderezas Mesa delante de Mi

Jehová es mi Pastor

Confortará mi Alma

Tu Vara y tu Cayado me Infunden Aliento

Aunque Ande en Valle de Sombra y de Muerte


Yubisai Suniaga Rada

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