Comencemos por preguntarnos ¿Es la soledad y el silencio sinónimo de que estamos en paz?
Hacen unos años atrás cuando llegué a vivir en Panamá, por el hecho de que no conocía la ciudad, ni a ninguna otra persona, mi vida se limito a vivir en cuatro paredes, estaba encerrada y no hablaba con nadie, el silencio en mi vida se convirtió en mi carta de presentación lo mas que hacía era pensar y pensar. Me gustaba estar sola; pero en este caso; la soledad se me hizo pesada, abrumadora, oscura, tenía casi que su propia personalidad; que comenzó a aplastarme y que conbinada con el silencio de mi voz e ideas y mi vida, me hicieron especie de una rehén, me sentía como si tenía un grillete en el pie que no me dejaba moverme, parecía estar desapareciendo.
Por otro lado, en el mundo la soledad y el silencio nos hacen pensar que estamos tranquilas sin preocupación ni problemas, y que hacemos lo que queremos cuando queremos porque no tenemos perro que nos ladre y que sencillamente no nos gusta el bullicio.
Nos hacen creer que en la tranquilidad de una playa o de la naturaleza, cualquiera que esta sea, es en donde encontramos la paz; sin embargo esto está bien lejos de la realidad; si estás sola en una isla desierta donde puedes escuchar solo las olas del mar y sentir la brisa que va y viene, y si tu realidad es que estas llena de problemas y amargada, pues; estas solo serán unas simples vacaciones que no resuelven tu soledad y tus problemas internos. Te vas a relajar y luego vas a tener que volver al ring a seguir la pelea.
El mejor lado de la soledad y del silencio, es que estás son las circunstancias propicias que a Dios le fascinan para tocar las vidas de las personas, es en la soledad en que puedes empezar a sentirlo y en el silencio en que aprendes a escuchar el sonido de su dulce voz. Es Dios el único que da paz a tu alma, felicidad, alegría y calma a la hora de las tormentas y el que aprovecha al máximo tu soledad para tener un encuentro contigo y dirigirse a ti mujer.
Mujer; si te sientes sola internamente busca a Dios en este tiempo y medita en su palabra, si no tienes con quien hablar y tu vida está en pausa, cuéntale a Dios todo lo que te pasa y todo lo que sientes, así como eres en tus propias palabras, pídele ayuda, pídele su presencia en tu vida, dile que ya no quieres estar ausente en la vida, que lo necesitas para tener con quien hablar y tener a alguien siempre juntito a ti con quien contar, dile que deseas tener en tu vida la paz que solo él puede darle a todos los seres humanos por medio de su hijo amado Jesús.
Estar sola es no tener personas a tu alrededor y vivir en la soledad es estar entre la multitud e igual sentirte en medio del desierto.
"La paz os dejo, mi paz os doy, yo no se la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" Juan 14:27
Señor Jesús; te pido que ayudes a todas las mujeres que
necesitan de tu paz, que necesitan llenar ese vació que tienen dentro con tu amor, ayúdales a salir de su soledad y que su voz sea escuchada en todos los rincones de la tierra, proclamándote, dando testimonio de tu verdad y de tu compasión por ellas...
En Nombre de nuestro Señor Jesucristo... Amén