jueves, 11 de julio de 2013

SEÑOR AYUDAME A PERDONAR

Perdonar y pedir perdón; fácil de decir y fácil de escribir pero qué difícil es ponerlo en práctica sinceramente y desde lo más profundo del corazón. Está pareciera que es una labor titánica para la gran mayoría de la humanidad, por allí dicen "Prohibido olvidar" "Dios perdona pero yo no"  Y es que creemos que castigamos a la otra persona con no cederle el perdón, pero la verdad es que esa actitud es un atentando para nuestra propia vida, esto nos causa un sin número de reacciones como el estrés, ansiedad, depresión, rencor, odio, nos quita el sueño, produce amargura, intranquilidad, infelicidad, dureza de corazón, rabia, enfermedades, tristeza, es una lista interminable de consecuencias negativas que la falta de perdón produce en una persona, afectándole en gran manera en todo lo que hace diariamente.

Perdonar es una acción libertadora que produce paz en el corazón y nos permite sonreír desde el fondo de nuestra alma, produce una hermosa sensación de calma, "no le debo nada a nadie", de profundo respirar y de completa purificación. Pedir perdón se convierte en un acto de valentía que nos hace crecer y saber que nosotros también podemos hacerle daño a otros, que así como otros nos han dañado nosotros también quizás sin querer o sin tener la conciencia de ello hemos ofendido o maltratado a otros. ¡Mujer nadie es perfecto!, en algún momento nosotras también hemos actuado mal y le hemos podido hacer daño a nuestros hijos, esposo, padres, hermanos, amigos, seres queridos, vecino e incluso a un desconocido.

En mi propia experiencia, yo era una mujer que no sabía perdonar, estaba llena de rencor y de rabia por el agravio que había recibido de otros en el pasado, sentía que  no merecía todo lo que me habían hecho ¿Por qué a mí? No lo podía soportar, con el tiempo fue tanto la acumulación de rencor que parecía una bomba a punto de explotar, el estrés y la tristeza se apoderaron de mi ser por mucho años, luego vinieron las enfermedades y la sonrisa empezó a escasear en mi vida, estaba sumergida en un hoyo que no sabía cómo escalar y que parecía que no tenia salida, tenía un dolor muy profundo y pesado en el corazón, hasta que llegó un momento en que me sentía extremadamente cansada de tanto peso y de tanto tiempo que llevaba soportando esa carga, que ya para mi ser era totalmente insostenible.

Fue en el momento en que Dios llego a mi vida y en el momento en que le dije al Señor Jesús "Señor perdona todos mis pecados, te recibo " exactamente en ese tiempo supe que debía perdonar, nació un compromiso en mi ante Dios en que yo también tenía que perdonar a los que me habían ofendido, así como Dios me perdonaba a mí todo lo malo que había hecho en mi vida y todos mis agravios a los demás; quisiera decirles que fue fácil e instantáneo, pero no, ha sido un proceso de aprendizaje de entendimiento, donde primero aprendí a entregarle todas esas cargas a Dios, a soltarlas, y Él con amor iba mostrándome como perdonar lo que me habían hecho en el pasado, mientras él trabajaba en mi internamente, una y otra vez le decía: "Dios enséñame a perdonar, no sé hacerlo, deseo perdonarlos a todos, estoy cansada y quiero ser libre de este dolor" Fue así como el Señor Jesús fue sanándome, libertándome y fue él quien me dio las fuerzas y la sabiduría para hacerlo y decir de todo corazón "Los perdono" e incluso tuve que perdonarme a mi misma por el daño que me había hecho, teniendo la valentía para reconocer que yo también había hecho mucho daño y que tenía que pedirles perdón a quienes había ofendido.

Con el tiempo a sido maravilloso sentir en mi vida el efecto tranquilizante del perdón, es un trabajo diario, sentir como la paz de Dios iba entrando en mi vida era fantástico, como la sonrisa refleja la tranquilidad del alma, como se quita el peso del dolor y entra la alegría, como el alma sana y se contenta con tan solo la preciosa acción de perdonar y de pedir perdón, no tiene precio. Es una bendición saber que Dios nos da ese inmenso y poderoso regalo "El perdón", si Dios me perdona a mi ¿Quién soy yo para juzgar y no perdonar a otros? Todas somos iguales ante los ojos de Dios y todas nos hemos equivocado en algún momento, y hemos errado.

Mujer; reconoce al Señor Jesús como el Señor de tu vida y pídele que te ayude y que te enseñe a perdonar, hay cosas que no podemos hacer en nuestras propias fuerzas, para que así te regocijes y disfrutes esa paz hermosa y la alegría que produce "PERDONAR" de verdad a quienes te han ofendido a lo largo de tu vida, será el paso más seguro, firme, sanador y lleno de tranquilidad y felicidad que darás en tu largo caminar ¡No te arrepentirás! ¡Suéltalo y sana!

Mateo 6:14-15  "Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes;   Pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados"

En el nombre de Jesús, ayúdanos Señor. Amén