miércoles, 20 de enero de 2016

EL PERDÓN DE UN PARALITICO

 Marcos 2.5, 12  "Entonces llegaron cuatro hombres que le llevaban un paralitico.    Como no podían acercarlo a Jesús por causa de la multitud, quitaron parte del techo encima de donde estaba Jesús y, luego de hacer una abertura, bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralitico.   
Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralitico:   -Hijo, tus pecados quedan perdonados.
12 El se levantó, tomó su camilla en seguida y salió caminando a la vista de todos, Ellos se quedaron asombrados y comenzaron alabar a Dios"

Se me hace tan reveladora e interesante leer esta historia de sanidad hecha por el mismo Jesús, y como señalan a unos "Hombres", no dice si eran amigos, hermanos, conocidos, o simplemente eran personas que andaban entre la multitud y al ver la necesidad y la incapacidad de este otro hombre que estaba paralitico, de poder llegar a los pies de Jesús para encontrar su milagro de sanidad, estos actúan en fe y buscan, arriesgándolo todo, llegar y poner frente a los ojos de Jesús al paralitico, para sacar de él su gran milagro.

Estos temerarios hombres idearon un plan, y sin poner trabas, buscaron conseguir y llegar a su fin; conseguir el milagro que se habían propuesto. Fue tanta su fe, que llamaron la atención de Jesús, quien se detuvo para entregarles a estos hombres la dicha de ver a su compañero levantarse de ese lugar. Tomemos en cuenta que a Jesús le impresiono la fe de los "Hombres" no habla de la fe del paralitico en si.

Hay que prestarle mucha atención a las palabras de Jesús cuando le dice "Hijos, tus pecados quedan perdonados" ¿Porque no  le dijo: "Eres sano", si estaba enfermo, paralizado... lo que le dijo fue: "Estás perdonado" Aquí el Señor nos deja ver, como el pecado y la falta de su perdón puede hacer y actuar en contra de nosotros terriblemente, el pecado puede mantenernos paralizados, inútil de por vida en diversas áreas. Hoy, hay tanta gente enferma a causa del pecado, por causa de no perdonar a otros. Transgredir la ley de Dios trae en si castigo, no para el vecino, sino para uno mismo, y hasta para nuestra descendencia. El mal, que por naturaleza vive en la humanidad los mantiene atados, esclavizados, encadenados al mal; mental, espiritual, en el alma, y en el cuerpo. Por eso es que lo malo ahora es bueno...

JESÚS LE DIJO:

Venir a buscar a Cristo hace la gran diferencia, su presencia, su perdón es la medicina que nos libra de dolores y de muchas enfermedades, de la falta de paz y la frustración que han llegado a nosotras por la naturaleza pecaminosa que tenemos de hacer y tratar de esconder nuestros errores culpando a otros. Cuando somos perdonados instantáneamente espesamos a sanar, a vivir y a experimentar la sanidad divina desde el espíritu, siendo renovados, redimidos y purificados por la sangre preciosa de Cristo Jesús. -"Hijo, tus pecados quedan perdonados".

Yo puedo dar testimonio de esto; llegué a los pies de Cristo con tantos temores, tan cargada, cansada y enferma. Llena de rabia, sentía que la vida me había tratado a las patadas, estaba llena de rencor, de tristeza, de amargura, tenía tantos problemas internos y con ellos muchas enfermedades; estaba esclavizada al dolor, a las pastillas y a la auto compasión. Todos los días luchaba por sobrevivir.
Cuando por fin, decidí acercarme a Jesucristo, llena de muchos temores, le pedí que entrara a mi corazón; y unos 2 meses después, me di cuenta, que ya no tenía varias enfermedades; no sabía porque, en aquel momento parecía extraño, se me habían quitado sólitas y; no podía explicarlo, pero ya no estaban en mí... La historia del paralitico de Betesda me muestra claramente que cuando Jesús entró a mi vida y perdonó mis pecados, me hizo libre de muchas enfermedades y endes demoníacos que moraban en mi esclavizándome y paralizándome.
Puedo ver tantas mujeres enfermas, tristes, llenas de dolor, sin paz, amargadas, solitarias, depresivas, confundidas, inseguras; que  tan solo con aceptar el amor y la salvación de su creador quedarían sanas de muchas aflicciones del espíritu y del alma inmediatamente; mientras que en otras áreas entraran en un proceso de restauración y sanidad interior. Dios te guiará en tu situación.
Los hospitales están llenos de gente enferma a causa del pecado, enfermos espirituales buscando una medicina física, con dolores en el alma que solo Jesús puede sanar. Están tratando sus problemas con medicamentos que pueden quizás aliviar; más no quitar, la raíz del mal, porque su raíz está en el alma y en el espíritu y solo Dios toca y sana y da paz a esa área del ser humano


¡LEVÁNTATE MUJER!
Cuando te llenas de valentía y decides creerle a Dios y pones tu vida en sus manos; te va a pasar lo mismo que a este hombre ¡Serás sana! y te levantarás, actúa en fe...  "Él se levantó, tomó su camilla en seguida y salió caminando a la vista de todos..." Jesús levanta tu espíritu afligido mujer y te da nuevas fuerzas y saldrás caminando con la frente en alto a la vista de todos, para ser testigo en el mundo del poder sanador del Señor Jesucristo. Nosotras nos convertimos en testigos de la veracidad de la palabra de Dios; esta se manifiesta en nuestras vida entera, en nuestros cuerpos, en nuestra familia, en nuestro entorno, en cada actividad, en nuestras metas, en los cambios positivos, en el plan perfecto de Dios para cada una, en cada victoria y hasta en lo que creemos es una derrota, porque él esta con nosotras, y su poder se perfecciona en nuestra debilidad para hacernos fuertes y hacer lo que la multitud hizo cuando vieron a este hombre caminar, alabar al Dios Altísimo con toda nuestra fuerza y con todo nuestro corazón.
Lucas 13:12 "Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer: eres libre de tu enfermedad"

Quizás la fe de otro obre a nuestro favor, quizás Dios vea la fe persistente de una madre, una esposa, una hija, una amiga, o de un conocido para hacer y traer un milagro a nuestra vida, a nuestro matrimonio a la familia, El Señor desea que todos vengamos a él llenos de fe, creyendo que él es capaz de concedernos nuestras peticiones, no porque lo merecemos, sino porque en su eterno amor y misericordia él usa si es necesario, la fe de otros, para bendecirnos y sanar nuestras almas, cuerpos, vidas y toda nuestras familias.

Amiga; recuerda siempre que la sanidad más grande que puedes tener, es la sanidad del alma y del espíritu cuando recibe la salvación eterna y puede glorificar a tu Rey, Señor y Salvador Jesús; Luego él se encarga de lo demás...


Hebreos 11:6 "Pero sin fe es imposible agradar a Dios..."