Lucas 2:1-20
Los pastores y los ángeles
y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.»
Lucas 2:1-20
Esperar la respuesta de Dios a cada una de nuestras oraciones es a veces agotador, algunas respuestas son inmediatas o rápidas, sin embargo tenemos que saber que no todo lo que le pedimos a Dios nos conviene, muchas veces podemos orar con ego, con rabia, con ideas egoístas, con deseos de venganza, en la carne y no en el espíritu, y es por eso que no todo lo que pidas el Señor lo va a responder.
Abraham creyó en esperanza contra esperanza y, ¿Sabes cuál es nuestro mayor reto?, aprender a esperar en el Señor y para la gloria de Dios, porque a nuestro amado Señor Jesucristo tenemos que esperarlo, y si no sabemos esperar ¿Entonces? Como esperar a nuestro Rey, único Señor y suficiente Salvador, nuestra esperanza y espera debe desarrollarse en Cristo Jesús, para saber que no debemos darnos por vencido y tener certeza que todo lo que Dios nos ha prometido es completamente cierto y nuestro Jesús vendrá un día por su pueblo y nuestra vida eterna en el espíritu será una gran realidad, absolutamente nada, ningún problema, reto, tribulación, conflicto, o duda puede robarnos la esperanza de saber que estamos a la espera de las bendiciones espirituales del Dios vivo, lo terrenal es importante y de gran bendición porque en este mundo estamos, pero la palabra dice que Dios pesa los espíritus, así que llenemos de la presencia del Espíritu de Dios para que nuestra esperanza abunde en nuestros corazones y cada una de nuestras necesidades sean suplidas en completa paz, junto a la espera de aquello que no podemos ver, nuestro amado Salvador Jesucristo de Nazaret.Es poderoso leer a un Jesús lleno
de poder en los evangelios. Un Jesús que anhelaba la libertad y el bienestar de
su prójimo. Los evangelios están llenos de los milagros, sanidades, prodigios y
liberaciones que Jesús le hacía al pueblo. Miles fueron los testigos oculares
de su ministerio sobrenatural como el Hijo de Dios.
En las multitudes que le seguían
podemos ver que había gente de fe, que decían: ¡Este es el Cristo que tanto
esperábamos! ¡Nadie ha hecho lo que él hace! El gentío se impactaba de su
autoridad y de sus enseñanzas; Jesús mostró ser todo un “Maestro" al
servicio de hombres, mujeres y niños. Su presencia no podía pasar desapercibida
en ningún lugar que llegara.
Tanto incrédulos, religiosos,
opositores y mirones que, más que aportar y alegrarse por sus maravillas, eran
piedra de tropiezo para los milagros y para que muchos no creyeran lo que
pasaba ante sus ojos. Los sordos escuchaban, los ciegos veían, los leprosos se
sanaban, los dolores se iban, los oprimidos por demonios eran liberados. El amor de Dios se manifiesta por medio de
Jesús de Nazaret, quien vino a dar esperanza y vino a salvar lo que se había
perdido.
Todo sucedió ante los ojos del
pueblo; sin embargo, muchos no creían, se oponían y criticaban a Jesucristo y
luego a sus discípulos. Y no estamos muy lejos de esto; hoy muchos son
incrédulos, critican, no creen en milagros, son religiosos y se oponen a la
voluntad y a la obra milagrosa del Señor para su iglesia. Lo ven como parte de
la historia, pero no como parte activa del presente por medio de la presencia
del Espíritu Santo en la iglesia de Cristo. Marcos 9:23 "Y Jesús le dijo:
Si puedes creer, al que cree todo le es posible".
Yo soy testigo del poder sanador de Jesucristo; su mano poderosa y milagrosa no se ha acortado. Él me ha libertado y me ha sanado en varias ocasiones de diferentes enfermedades, por eso hablo de su poder y de su amor. Si estás sufriendo y cargando con una enfermedad, una opresión, un dolor, una fiebre, estás al borde de la muerte, lo que sea que tengas, si lo crees y pones toda tu confianza en el Señor Jesucristo, él puede sanarte, libertarte, hacerte un milagro, quitarte esa carga pesada.
Este pasaje de la mujer encorvada me impacta, porque mientras la mujer del flujo de sangre se arriesgó a todo y fue y tocó el borde del manto de Jesús y arrebató su milagro, esta mujer encorvada solo estaba en el lugar correcto, a la hora correcta, en un sitio que era mayormente visitado por hombres. "La Sinagoga". En esta época, por cuestiones culturales, los hombres no hablaban con las mujeres; sin embargo, Jesús se sale de ese parámetro y rompe la cultura, aun cuando sabía que se exponía a las críticas y hasta a la agresión de los fariseos y religiosos de la época, quienes estaban en la sinagoga.
Quizás por eso esta mujer llama
su atención; las escrituras dicen:
"Y Jesús la vio..." Pero no solo la vio, sino que "la
llamó" Esta mujer no tuvo que abrir su boca, ni pedirle nada, solo obedeció
a su voz y fue a él, sin saber ni entender para qué la llamaba. Jesús, por su
amor, su compasión y por su infinita misericordia, le dice lo que quizás nadie,
ni ella misma, se esperaba: "Mujer eres libre de tu enfermedad"
Luego, la tocó, colocando sus
manos sobre ella, y poder salió de él, porque ella fue sana en esa misma hora.
Ella se endereza y es completamente libre de la esclavitud de la enfermedad que
llevaba desde hacía 18 años. Fue libre de toda opresión del enemigo. Fue libre
del pasado, del juicio, de las burlas y críticas. Fue libre para seguir a
Cristo y para glorificar y exaltar al Altísimo Dios. ¡Qué maravilloso es el Señor Jesucristo!
Mujer: Jesucristo está listo para
entrar en tu vida y decirte: ¡Mujer, eres libre de tu enfermedad! La sanidad
divina es real. Esta mujer estaba en el
templo buscando la presencia de Dios.
Debes tener en cuenta que, hay enfermedades por causa del pecado, maldiciones hereditarias, opresiones demoníacas. Hechizos, enfermedades y dolores por descuido. Desórdenes alimenticios, etc. Pídele al Señor que te purifique y sane tu corazón, tus pensamientos, tu alma, que trate contigo y tendrás el camino libre y la entrada de tu milagro en tu cuerpo.
A mí me pasó, como la mujer encorvada. Jesús me vio, y me sanó, la
verdad, yo no entendía nada, no sabía de este poder de Jesús para sanar. Tan solo tenía un
mes de ir a la iglesia, varias enfermedadesdel alma habían desaparecido. A través del
tiempo he tenido que clamar por otros milagros y he visto la mano poderosa y sanadora del Señor Jesucristo obrar a mi favor y en
mi vida. Él sustenta mi cuerpo; aun cuando visite al médico, mi confianza está
en Jesús.
Jesús quiere sanarte; ninguna enfermedad, ningún demonio y ninguna situación natural puede ignorar el poder y las palabras de Dios. Tu fe en el Jesucristo vivo que desea hacerte libre y ver sano a su pueblo. "Por su llaga hemos sido sanados". "Clama a mí y yo te responderé" No sé cuál sea tu situación, solo clama y cree que Dios vendrá a tu rescate, no te canses, no desmayes, sigue creyendo y sigue clamando, porque él oye tu clamor y ya todas las enfermedades fueron vencidas en la Cruz del Calvario. En el nombre de Cristo Jesús... ¡Amén! 8:7 "Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré"
Las personas eran atraídas a Jesús,
su fama de que sanaba a los enfermos se regaba por todos los pueblos y aldeas.
Milagros salían de él, su palabra era obedecida por el mundo natural y
espiritual, por los demonios, por los hombres, por los ángeles. Jesús siempre
quería libertar de toda opresión al que a él venía.
El corazón de muchos hombres se
humilló ante él; doblaban rodillas ante aquel hombre que unos seguían y amaban,
otros odiaban y deseaban matarle. Nunca nada pudo, puede, ni podrá detener al
Hijo del Dios viviente, nuestro Señor y Salvador, quien hoy te dice: ¡Sé libre,
sé sano de toda enfermedad!
Mateo 8:7 "Y Jesús le
dijo: Yo iré y le sanaré"
Jesucristo es el mismo ayer, hoy
y por los siglos. Si ayer quiso, hoy aún quiere y puede sanarte, porque su
poder y autoridad están vigentes sobre los cielos, la tierra y debajo de ella.
Si pones tu confianza en el sanador, médico, libertador, restaurador de la
mente, del cuerpo y de las almas; Jesús hoy te dice: "Mujer, eres sana;
hombre, niño, quedas sano de todo mal y enfermedad.
Porque toda enfermedad,
maldición, pecado, dolencia y falta de paz fue llevada y quedó crucificada en
la Cruz del Calvario, para que nosotros hoy podamos venir y entrar ante la
presencia del Dios Altísimo y decir: ¡Abba, Padre! En nombre de tu Hijo amado,
el nombre que es sobre todo nombre, el nombre de Jesús. Hoy quedo san@ y
completamente libre de toda enfermedad.
Jesucristo vino a buscar al
perdido; su poder sanador no ha caducado; a cada segundo él está listo para
proveerte un milagro. Jesús no es historia, es parte importante del pasado; hoy
está completamente presente y debe ser nuestro futuro eterno y seguro. Nada
puede limitarlo, porque nada hay imposible para él y la naturaleza se somete a
su palabra y a su perfecta voluntad.
El Jesucristo Salvador, sanador y
milagroso hoy te dice: "Para el que cree, todo es posible". Así que
cree en tu milagro con fe y ven a los brazos de Jesús a pedirlo... Sí, él cada
día quiere sanarte y bendecir tu vida.
Juan 11:4 "Oyéndolo
Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios,
para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella"
Oración
Padre
Celestial, hoy venimos ante tu presencia dándote las gracias por tu infinito
amor y por tu gran misericordia; deseamos ponernos a cuentas contigo y
rendirnos ante ti, por medio de tu Hijo Jesús, declarándolo mi Salvador y
libertador, mi Rey en quien confío y pidiéndote perdón por todos mis pecados.
Señor, hoy vengo con un corazón
humillado ante ti, pidiéndote sanidad para mi alma, mi mente y para mi cuerpo.
Hoy deseo ser libertad@ de toda cadena y yugo de maldad en nombre de Cristo
Jesús. Deseo con todo mi corazón perdonar a todos aquellos que me han ofendido
y que me han hecho daño; rechazo toda enfermedad en mi cuerpo por tener falta
de perdón, rechazo toda enfermedad que me haya brotado del rencor. Te ruego que
me limpies y me des paz. Señor, quiero levantarme y poder seguir adelante,
dejando el pasado y la enfermedad atrás.
Señor Jesús, te ruego que me
libres de todo dolor en mi corazón que me haya causado esta enfermedad y, como
aquel paralítico a quien le fueron perdonados sus pecados, hoy yo pueda vivir. Padre
eterno, te ruego que sanes mi mente, mi alma y mi espíritu para que toda
enfermedad reflejada en mi cuerpo sea quitada.
Rechazo toda maldición de
enfermedad, brujerías, hechicerías, quedan sin poder y me declaro sana en el
nombre de Jesús. Creo que por tu amor tú me sanas y quitas la opresión y el
dolor de mi cuerpo para darme tu luz admirable, tu paz, reposo, regocijo,
descanso, libertad, nuevas fuerzas, ganas de vivir, nuevas oportunidades, nuevos
sueños. Un propósito y el deseo de seguirte y dar testimonio de la sanidad que
hoy tú me regalas.
Señor Jesús, deseo darte las gracias por darme una sanidad completa. Tus milagros se desatan en mi cuerpo, en mi vida, en mi familia, en mi nación y seré testigo de que tú, Señor Jesús, eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. Tu infinito y perfecto amor, la sanidad divina ha llegado a mi vida y todo funciona perfecto como tú lo has creado. ¡En el nombre poderoso de Cristo Jesús! ¡Amén!
Lucas 13:12 "Cuando Jesús
la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad"
¡Hoy he recibido
sanidad en mi alma, en mi mente y en mi cuerpo en el nombre de Jesús!
El libro de 2 Corintios
fue escrito por el apóstol Pablo para la iglesia de Corinto. Pablo fue un
perseguidor de la iglesia de Cristo, quien luego tiene un poderoso y
sobrenatural encuentro con Jesús y desde ese momento su vida es transformada,
para luego convertirse en uno de los servidores de Cristo más destacados y
sobresalientes de las escrituras en el Nuevo Testamento, por su profunda y
apasionada relación con Cristo y su iglesia.
No obstante, a Pablo le tocó
pasar muchísimas aflicciones por amor a Cristo, quien nos dejó grandes
enseñanzas en cada palabra para no desistir, sino a confiar, a creer, alimentar
nuestra fe, a levantarnos sin desmayar. Aprendiendo a gozarnos en medio de los
problemas y situaciones externas y a renovarnos cada día en lo interior de
nosotros con la poderosa y viva palabra de Dios.
Todos los hombres y mujeres a
quienes Dios usó pasaron por grandes y terribles aflicciones, pero de todas
ellas los libró Dios, y todo fue usado para crecimiento, propósito, para
manifestar su poder y sabiduría ante los hombres y para gloria suya.
Cristo es nuestra luz y nos da de
su luz para que las tinieblas no prevalezcan en medio de nosotros, sino que
nuestro conocimiento sea iluminado y lleno de la palabra de Dios, renovando
nuestro entendimiento y nuestro espíritu para el completo conocimiento de la fe
en nuestro amado Jesús, quien nos advierte que en el mundo tendremos
aflicciones, pero confiemos con todo nuestro corazón en él, porque ya él venció
al mundo.
En las aflicciones y en el sufrimiento de Pablo ejerciendo su ministerio y por su fidelidad, lealtad y amor al Señor, llevado hasta la muerte. Sin embargo, sus palabras para nosotros son de amor, gozo, alabanza, esperanza y fe en nuestro amado y Señor Jesucristo, sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús a nosotros también nos ayudará y resucitará con Jesús para gloria y honra suya. Su Santo Espíritu es nuestro Consolador, ayudador, compañero y guía; el que nos fortalece en medio de las aflicciones, para llevarnos de gloria en gloria y de victoria en victoria.
¿Estás pasando por una aflicción? A todos nos toca. Son parte de la vida; aún más en Cristo son necesarias para nuestro crecimiento y renovación espiritual. Corrección, disciplina, para que aprendamos a poner nuestra confianza en Cristo. Negándonos y muriendo a nuestros propios y egoístas deseos, para poder llegar a cumplir la misión para la cual fuimos creados. No viendo lo visible, sino al invisible, por medio de la fe, porque todo pasará, y todo es temporal, pero sus palabras no pasarán y sus promesas son eternas.
Oremos:
Padre Celestial, te doy las gracias por tu amor, por tu misericordia. Gracias por todo lo que me das, gracias por tu protección y sustento. Gracias aún por todo lo que estoy pasando, porque sé que tú estás conmigo y que no me dejarás, ni me desampararás, sino que me fortalecerás para no desmayar.
Señor Jesús, siento que me estoy desgastando, que no puedo más con esta aflicción, pero tu
palabra dice que viva por medio de la fe en Jesús y en tu viva y poderosa
palabra. Día a día mi espíritu será renovado por tu Santo Espíritu, porque todo
esto es tan solo una muy leve tribulación, y que es una situación momentánea
que tendrá un fin. Todo será para gloria tuya y descanso mío. Permite que essta aflicción produzca en mí un excelente y eterno peso de tu poderosa gloria.
Veré un milagro a mi favor, a
favor de mis hijos, de mi esposo, de mi familia, de mis
amigos, de mi trabajo. De mis estudios, a favor de mi provisión, de mi salud, de mi nación y a favor de mi relación espiritual
contigo.
Tú me defiendes del enemigo y de
mis angustiadores y de todo aquel que venga en contra de mi vida; tú eres Señor
de lo visible y de lo invisible. Destruye los planes del enemigo en mi contra. Tú levantas mi corazón, me defiendes del lazo del
cazador, del yugo del enemigo y me das libertad, porque ya venciste al
adversario de mi alma, solo tú, Señor me haces verdaderamente
libre. Esto te lo pido en el poderoso
nombre de Cristo Jesús. ¡Amén!
Dios deseaba la comunión la reconciliación con su creación con sus hijos, la palabra dice que él nos reconcilio consigo mismo por medio de Cristo; Dios hizo por amor y misericordia un puente de acercamiento entre la humanidad y él para poder restaurar una relación que se había roto y que se había distanciado abismalmente; Dios entregó lo que más amaba por esa reconciliación, y con ella la paz, el amor y el gozo de estar juntos otra vez amándonos. -¿Tú que estás dispuesta a entregar por esta relación?
¿Que es lo que hoy tenemos y nos conviene entender? que Dios le entrego todo a Jesucristo, incluso perdonar pecados y que él tiene toda autoridad en lo que se hace en el cielo y en la tierra, visible o invisible... Es decir; nos conviene confesarlo como Señor, porque es por medio de él que los cielos se abren para tí y para mí y solo así se puede tener contacto con Papá. Jesucristo está al mando. "De tal manera Dios amo al mundo, que entrego a su Hijo único" Dios nos amó tan infinita e indescriptiblemente que envió y entrego a su Hijo, un Rey sin mancha y sin pecado santo y puro, a morir por nosotros llenos de maldad y sabiendo que desde el principio muchos lo despreciarían.... Su sacrificio tenía que cumplirse, para que se cumpliera la escritura, porque era un plan de salvación para beneficio de toda la humanidad...
Es hermoso saber y conocer, de uno de los atributos de nuestro amado Dios; ¡Él es benigno!, un Dios que no tiene mal en él, que se caracteriza también por ser amor, bueno, paciente, amable, benévolo, hacia su creación, favoreciéndonos en todas las cosas.
Jehová de los ejércitos, es ese Dios que ha luchado contra Satanás y sus demonios y a peleado grandes batallas espirituales que nosotros jamás podríamos entender. Pero muchos creen que Dios se alista a diario para acabar con la humanidad. Si Dios hubiese querido hacer eso cientos de veces, nada se lo impide; sucedió cuando los tiempos de Noé, era tanta la maldad del hombre que Dios determinó acabar con él, Sin embargo, envió la oportunidad de salvación con Noé quien predico 120 años, y ni uno le siguió; nadie le creyó que venía un diluvio; hoy muchos no quieren creer que Cristo tendrá una segunda venida a la tierra, pero esta vez ya como un Rey para buscar a los que por voluntad propia se han entregado a él como su único Señor y Salvador. y para los que desecharon las advertencias; juicio. Nuestra decisión y voluntad es clave.
El Señor nos ama, con él estamos seguros, el juicio será para quienes decidan seguir el mal... Pero yo sé que usted es una mujer sabia, prudente y precavida y que usted sabe que le conviene estar tomada de la mano del Dios vivo, porque la noticia que más llena su espíritu, es que con Jesucristo en su corazón, usted nunca pierde, siempre gana, sepa que en el espíritu usted ha ganado salvación para su alma y la vida eterna, el espíritu que no muere, estará purificado, vivificado y vivirá para siempre con su amado Rey Jesucristo.
En el caso del hombre incrédulo, hay muchas filosofías y organizaciones que están cimentadas en la fe. Pero, ¿La fe en quién? -La fe en sí mismos-. En poder alcanzar todo lo que deseen, en ser exitosos, en tener y poder, conseguir bienes materiales, dinero, para llegar a lugares de prominencia, etc... Es una fe que alimenta el "Egocentrismo" y coloca al hombre con un nivel de superioridad. Tiene raíces egoístas, en donde todo es para beneficio mío y de nadie más. Es así que el hombre a seguido filosofías creadas por hombres en donde por medio de la fe, creen que después de morir sin importar las advertencias de Dios, ellos estarán bien. Por otro lado hay personas que si creen en Dios, pero igual no le creen nada de lo que dice y terminan siendo ellos sus propios dioses.
Podemos decir ahora, que la fe del creyente no es para vanagloriarse; ni para beneficiarse egoístamente, sino para dar gloria y honra al Rey, al Hijo único de Dios, sabiendo que todo es por gracia y por amor de su nombre; es para traer aquí a la tierra sus planes y cumplir su propósito en nuestras vidas, porque en fe sabemos que Jesús es real y que a cada instante cuida de ti y de mí y que nuestro galardón está en el cielo... Hebreos 11:3 " Por la fe entendemos haber sido constituidos el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía"![]() |
| JESÚS LE DIJO: |
![]() |
| ¡LEVÁNTATE MUJER! |