viernes, 15 de febrero de 2013

MUJER; DIOS TE LLEVA POR UN PROCESO

 
Cuando entramos en el camino de Dios y empezamos a conocerle y a enterarnos de la cantidad de promesas que tiene para con toda la humanidad, es inevitable desearlas todas con tan solo decir ¡Amén! Hablamos con Dios si tenemos un tiempito, aprendemos rápidamente a decirle ¡Yo quiero! ¡Yo quiero! ¡Y también quiero! Y dame esto y aquello y lo otro y lo que no me acuerdo ahorita también... Y para variar lo queremos para ayer o como mínimo en un segundo todo tiene que estar listo para la entrega.

Un predicador decía:  "Esta es la generación del microhondas", oramos si acaso y si la corredera del día  no los permite y colocamos los segundos en que queremos que llegue a nosotros la petición y ¡Listo! Tenemos a la mano un milagro calientito y listo para disfrutar... No queremos esperar.
Pues; realmente creo que a la mayoría de las personas les pasa esto, a mi me paso y resulta que cuando no vemos los resultados y no vemos que Dios vive únicamente para atendernos a nosotras y los milagros no llegan ni siquiera en sueños, empezamos a dudar de la existencia de Dios.  
Cuando yo le pedía algo a Dios y no veía los resultados, yo pensaba; "Seguramente Dios está ocupado atendiendo a otras mujeres, oh esta  del otro lado del mundo resolviendo problemas. A mí, ni me ve".

Pensemos; cuando llegamos a las manos de Dios ¿Cuales son la mayoría de nuestras peticiones? Cosas materiales 100%, las que llenan el ego, individualistas, las que agradan al hombre y nada tienen que ver con Dios, la del millón de dólares en la cuenta ¡Tremendo milagro!, las que ordenan a Dios (Autoritarias), las que no tienen ni una pisca de fe, y las que son para ver si es verdad que Dios existe (Prueba), y pues por allí sigue la lista. A pesar de todo Dios si nos escucha, pero me imagino que se quedara perplejo escuchándonos y pensando "¡Hijo mio tienes tanto que aprender!", y es en ese ¡Tanto que aprender! en que se vasa el proceso de aprendizaje y crecimiento, conocerle por medio de su palabra, saber que todo tiene un tiempo en el camino de Dios, aprender a pedir, a dar, aprender a obedecer, a llevar una vida conforme a Dios, y entre muchas mas, aprender a vivir en el mundo de Dios, no Él en el mundo de nosotras. Lo que es importante para nosotras, es posible que no lo sea para Dios.

Cuando le pedimos a Jesús que entre en nuestro corazón y lo aceptamos como nuestro salvador personal, allí llega el más grande de los milagros a nuestra vida, su Santo Espíritu que empieza a moral en nosotros, es Él el que se encarga de guiarnos en ese proceso para llegar a cumplir el propósito que Dios tiene para cada una de sus hijas. Dependiendo de nosotras, de las ganas que le pongamos en aprender como andar por el camino de Dios se hace o más fácil o más lento, pero el proceso nos toca vivirlo a todas... Así que ponte en disposición del Señor y no te apures, porque todo tiene su tiempo...

 Mujer; ten paciencia y vive el proceso, para que conozcas y estés cada día mas cerca de Dios.

En nombre de nuestro Señor Jesucristo... Amén

"Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordía, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos".   Salmos 138:8