miércoles, 18 de agosto de 2010

Llegaste... ¡justo a tiempo!

¡Ooh, el tiempo!, siempre decimos que pasa volando, que cada vez pareciera que lleva más prisa, no da la oportunidad de terminar, cuando hay que volver a empezar. Es difícil entender porque nos deja arrugas, y en oportunidades, parece que entorpece nuestros planes, mientras más rápido avanza, menos podemos ocultar su paso. El cansancio, las canas, la experiencia, son muy visibles. El camino se hace largo, lleno de días felices, anécdotas, sonrisas, lagrimas, y obstáculos, amigos van, amigos vienen. Si nos detenemos, y miramos hacia atrás, el aprendizaje y la madurez, tienen un valor incalculable. Todo ha sido como un desafío. ¡Oh, tiempo! No quiero pensar, ni lamentar si lo he perdido…
Pero; cuanto nos gusta ver que pasa volando, he incluso lo apresuramos aun más, cuando queremos que se haga justicia, el tiempo tiene una excelente memoria, de el, nadie se burla. Se encarga de poner, quitar, darle su merecido a quien lo retó, o al que piensa que ya lo olvidó; pretendiendo escabullirse por una pendiente o tratando de camuflar su vida. Premia las buenas andanzas, las acciones y decisiones correctas. Obsequia amor, prosperidad, alegría, hace entrega de sueños a grandes luchadores, al buen hombre, y concede la paz o tormento, según los pasos y decisiones escogidas en la vida.
¡Oh, tiempo! Eres descarado y tranquilo, no andas de apuros, no te adelantas ni te atrasas, sin embargo pasas volando por nuestro lado sigilosamente sin detenerte... Tus emociones son el nacimiento del sol, la luz, la tarde y la penumbra de la noche, no te fijas en la raza, en la edad, ni en el género humano, tu memoria es justa, clara y perfecta ¿Quién la tuviera? ¡Oooh, tiempo! No tienes corazón, pero si marcas la hora en la que he de nacer y en la que he de morir; y en la que Dios toca una vida para entregarle la vara de su justicia.
 Definitivamente  ¡Todo tiene su tiempo!

Yubisai
yubisaimaria@gmail.com