martes, 10 de septiembre de 2013

DIOS TE ESCUCHA CUANDO LE HABLAS

A través de los años la iglesia, nuestros padres, la sociedad, etc; nos han enseñado que para comunicarnos con Dios hay que hacerlo de una manera extremadamente especifica, con una pose aprendida, con palabras refinadas o memorizadas, con repeticiones de una misma oración setenta veces, o debes portar un habito y tienes que tener un determinado perfil.

Dios es más sencillo de lo que nosotras nos imaginamos, los que hemos hecho complicado a Dios somos los mismos humanos.  Su oído siempre está atento a nuestras palabras y si le pedimos ayuda, socorro, apoyo, protección o que cambie nuestro corazón, Dios va a responder a ese llamado, no importa cómo o donde te encuentres, tan solo hazlo de corazón. Lo incorrecto de todo esto es cuando nosotras queremos que Dios haga lo que a nosotras nos dé la gana o nos convenga en un momento determinado que lo necesitemos y luego que se largue.  Amiga, Dios no responde ordenes tuyas, por un simple interés, responde a seres humanos con corazones humildes necesitados, afligidos o que deseen reconocer y que confíen en que él es el todopoderoso, que él es Dios el dueño de la creación y que para él no hay nada imposible.

Ah pero, es importante que te diga que cuando maldices, dudas de su existencia, o digas que Jesús es una falsa, y te burlas de su palabra y de su obra, también te está escuchando atento...

Realmente Dios nos ayuda no porque nosotras lo merezcamos sino porque Dios nos ama y desea lo mejor para nosotras y porque infinita es su bondad.
Hacen cuatro años atrás cuando yo ni siquiera asistía a la iglesia, pero sentía el llamado de Dios, me encontré en una situación terrible, parecía estar acabada, vencida y llena de dolor, cada vez estaba más enferma física, mental y espiritualmente, y parecía que nada tenía remedio, no sabía a quién acudir ni con quien hablar, pensé en hablar con un sicólogo, con un cura, o con un pastor, pero creí que ninguno de estos podría ayudarme, desesperada por todo lo que me estaba pasando, una mañana parada en la sala de la casa me lleve las manos a la cabeza, y dije estás sencillas y comunes palabras: "¡Dios ayúdame por favor! ¿Ayúdame Señor, te lo pido!  ¡No se con quien hablar ¡Ayúdame!"   Horas más tarde Dios me envió una palabra de ayuda y dos meses después todo estaba resuelto, la agonía de dos años había terminado, gracias a estas sencillas palabras la mano de Dios intervino y todo se solucionó.

Quede impactada de como Dios había escuchado mi corta pero de corazón suplica, pensé que no era digna de su ayuda y que él jamás se voltearía a verme y menos a ayudarme, pero contrario a lo que yo pensaba Dios estaba atento a mi situación y tan solo estaba esperando a que yo confiara en que  solo él me podía ayudar, tan solo tenía que buscarle, y hablarle estando confiada en que él me ayudaría a salir del hoyo en el que estaba metida para poder ver su luz resplandeciente y admirable.

Mujer habla con Dios en tus propias palabras, sentada, parada, arrodillada, con los ojos cerrados o abiertos, cuéntale tus problemas tu dicha o tu desdicha, tu enfermedad o tu salud, solo deja que las palabras salgan de tu corazón y confía en que Dios te está escuchando y que va a responder a tu llamado, poco a poco encontraras ese lugar  u otras palabras para sentirte más cómoda y metida en su presencia. Conócelo y Él mismo te enseñará como hacerlo.

Dios te puede ayudar, te puede levantar o le puede empezar a dar sentido a tu vida, un propósito una respuesta de existencia, decirte de dónde vienes y para que sepas a dónde vas. Solo Dios sabe para que estas en este mundo, pregúntale cual es el propósito para el cual te creó... Y espera pacientemente en Él y Él a su tiempo te responderá.    ¡Amén!...

"CLAMA A MI Y YO TE RESPONDERÉ Y TE ENSEÑARE COSAS GRANDES Y OCULTAS QUE TU NO CONOCES"    Jeremías 33:3