miércoles, 2 de octubre de 2013

DIOS PUEDE CAMBIAR TU CORAZÓN

 Mujer; el día de hoy, empecemos por reflexionar estas palabras que nos entrega Dios...

"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida"

Ahora analicemos en qué estado puede estar el corazón de cada una de nosotras.
Debo aclarar que cuando Dios se refiere al corazón no se refiere al músculo físico que bombea sangre al lado izquierdo del tórax, se refiere al espíritu como el corazón que él entrego a cada uno de los seres humanos y que les permite tener vida.

Ahora veamos en que posición nos ubicamos, y que es lo que puede estar alojado en nuestro corazón que nos aleja de Dios:
Corazones que no conocen a Dios: Orgullosos, duros, despreciadores, rencorosos, perversos, alejados de Dios, incrédulos, con ira, odio, engañosos, egoístas, idolatras, peleoneros, inseguros, insensibles, desesperanzados, materialistas, infieles, intrigantes, amargados, miedosos, celosos, vengativos, amadores del mal, tristes, destructivos, viciosos, solitarios, perfeccionistas... Entre otras características, son corazones faltos de amor...
Corazones llenos de Dios: Amorosos, pacíficos, mansos, perdonadores, llenos de alegría, paz, rectos, leales, amadores de la verdad, pacientes, humildes, ayudadores, llenos de fe, esperanzadores, confiados en Dios, dependientes de Dios, respetuosos, dadores, comprensivos, bondadosos, aman el bien, justos, reconocen el error, no juzga a los demás, etc...

Querida amiga ¿Cómo te fue en el análisis a tu corazón? Sé que no es fácil pero por está razón muchas personas se acercan a Dios y luego huyen por la derecha, porque Dios si que nos sabe  confrontar con la verdad y nos dice todo aquello que "NO" queremos escuchar, haciéndonos entrar en cuenta que nosotras no somos tannn buenas como creíamos "Yo soy buena no le hago daño a nadie" "Yo soy una mujer trabajadora y de familia" ¡No lo dudo! "Yo soy una excelente esposa", seguro así lo es, pero eso no quiere decir que tu corazón este limpio... Bueno, ahora tienes dos opciones o aceptas tus males o prefieres quedarte como estas viviendo en una mentira, sin querer reconocer que hay maldad alojada dentro de tu corazón, y te informo que no eres la única, es con todos, yo enfrento cada día la maldad que hay en mí, todos los seres humanos deben entregarle el corazón a Jesús y dejar que lo examine y saque lo malo que llevamos dentro para quedar limpios. Tampoco vayas a decir "Yo soy así" "Nadie puede cambiarme" Eso es resistencia y una cómoda y vil mentira que a la larga te dejará muy malas consecuencias.

Cuando nacemos tenemos un corazón lindo y tierno, no hay maldad en el, cualquiera nos puede engañar con tan solo ofrecernos un dulcito, no guardamos rencor, nos pueden meter siete empujones y dos pellizcos y al rato estamos con esa persona que nos agredió jugando y sonriéndole. Nuestra mamá nos da un buen correazo por desobedientes y a los cinco minutos vamos a sus brazos y le decimos "Mami te quiero mucho" Ella nos da un beso y todo está olvidado...  A ver si pasa lo mismo cuando tienes quince años, cumples ochenta estas a punto de morirte y todavía te acuerdas de aquel terrible correazo que te dio tu mamá en tu juventud...
Es mientras vamos creciendo y según el camino en donde nos desarrollamos y las experiencias y circunstancias que vivamos, en que el corazón va ensuciándose, entenebreciéndose, enfermándose, guardando los peores recuerdos y olvidando todo lo bueno que nos ha pasado... Así que empezamos a buscar un culpable... Y ¿A quién creen ustedes? ¡Tarannnn! ¡A Dios o a nuestros padres!, son los más comunes... "Por su culpa" "Por su culpa" "Por su propia culpa" "¿Dónde estaba Dios cuando me paso esto y aquello...? ¡Mis padres son lo peor...! Toda desdicha y todo dolor se la echamos a ellos encima. Y debo reconocer que hay padres que son terribles, pero Dios es bueno y es él, el que arregla las cosas, nuestros padres al igual que nosotros necesitan de un toque de Dios.

Sabes que... Tú puedes cambiar tu historia ahora mismo, ya que por la otra cara de la moneda, Dios nos busca incesantemente, nos muestra y dice que nos ama, nos ofrece su ayuda, su paz, su perdón, su opción de salvación y nos da la promesa de que si le entregamos nuestro corazón será limpiado y cambiado totalmente y profundamente por él mismo... Lamentablemente a tan hermoso ofrecimiento muchas le responden "No quiero" "No me da la gana " "Lárgate" "Espérate" "Yo lo puedo hacer sola" "Gracias te puedes ir"... Otras lo están pensando. Es triste pero, preferimos quedarnos amarrados con nuestros sufrimientos, compadeciéndonos así mismos, o nos vamos en busca de otras soluciones de las que hoy sobran en el mundo, preferimos poner nuestro espíritu en manos de hombres con filosofías inventadas, que aparten cobran por eso, y sino en la desesperación le entregamos el corazón y toda nuestra vida a un enamorado (Un hombre) que nos tiene babeando (Está es la peor idea) Y se puede ir de hombre en hombre creyendo que los hombres son los que van a cambiarnos, a ayudarnos a ser felices, amiga las únicas y mas seguras manos en las que puede estar tu vida y tu corazón son las manos de tu salvador y Señor Jesucristo.

Leamos esto: "Porque de adentro, del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez, todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre"    Marcos 7:21-23    (Eso también es con nosotras las mujeres)

Mujer; Por eso es que se dice que la verdadera belleza sale de adentro y no de afuera, estamos viviendo en un mundo donde "Caras vemos corazones no sabemos" "Pura belleza" Todo el mundo parece bueno a los ojos, pero ¿Qué llevan dentro? Comencemos por darle acceso a Dios, él es quien ve lo más profundo de nuestro corazón para que así lo purifique.

"Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos; pero Jehová mira el corazón" 1 Samuel 16:7

Ahora veamos lo importante que es nuestro corazón para Dios, y quien se encarga de él "Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos serás salvo"
"Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación"      ROM. 10:9-10

Mujer; Dios está atento a cada corazón, no lo podemos engañar, él sabe todo lo que llevas guardado e incluso hasta lo que no sabes que está allí y te hace daño. No solo lo limpia, sino que es con tu corazón que entras en el plan de salvación. El Espíritu Santo de Dios por medio de Jesús es quien entra y transforma los corazones, sacando todo mal y pecado que haya oculto en él, es por eso que se le dice: "Jesús entra en mi corazón"  Y no se trata de ser perfectas, perfecto es Dios, se trata de reconocer ante Dios con un corazón humilde que lo necesitas, que él es el único que te puede ayudar a cambiar a conocer la paz y llevarte a su infinito amor, aquel que sobrepasa todo conocimiento humano, que él es el único que te puede dar la salvación del alma y sacar todo el mal alojado dentro de ti y arrancarte de las manos del enemigo. Él será el único y mejor camino de descanso y felicidad para tu hermoso corazón.

Un corazón limpio y puro a conocido a Dios, y un corazón oscuro y entenebrecido, está lejos de Dios...   ¿En dónde está guardado tu corazón? ¿En qué manos se encuentra? ¿Está vivo? ¿O se encuentra moribundo?
Permite que Jesús sea quien vivifique, cambie y limpie tu corazón. Ya echa el temor a un lado y créele a Dios y entra como millones de personas lo han hecho en el proceso de sanación, cambio y purificación que solo Jesús está autorizado para realizar.  Jesús te conoce desde el vientre de tu madre y él es la luz con que tu corazón puede brillar. Permite que su luz entre a tu vida, empezarás a ser una hija de Dios y tu cuerpo, alma y espíritu luz en medio de las tinieblas...

"Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios" Mateo 5:8

Oración para entregar el corazón a Jesús:
Señor Jesús reconozco que eres el Hijo de Dios, te pido que entres en mi corazón y lo limpies, lo sanes y lo cambies, ayúdame a levantarme, a ser diferente a vivir en amor y en paz, yo no puedo hacerlo sola, perdona mis pecados, hoy confieso que eres mi Señor y el  salvador de mi alma... Gracias por darme vida en abundancia y tu precioso amor...   En el nombre del Señor Jesucristo.  Amén.   

Mujer hermosa, que Dios te bendiga!