martes, 16 de enero de 2024

JESÚS VINO A DESTRUIR LAS OBRAS DEL DIABLO

 


1 Juan 3:8 "Para esto apareció el Hijo de Dios, para destruir las obras del Diablo."

De tal manera amó Dios al mundo que envió a su Hijo Amado Jesucristo con un propósito central y principal; Salvar a la humanidad del poder del pecado, destruyendo así toda obra y toda simiente de pecado y maldad en el ser humano. Jesús vino a deshacer las tinieblas, vino a eliminar las obras de Satanás en la humanidad y así traer luz al mundo. redención, y para darnos una vida digna en conexión con el Padre y vida en abundancia para la gloria de Dios.

Debemos tener muy claro que tanto el reino de la luz como el de las tinieblas poseen obras. Las obras perversas de Satanás son: el pecado, la maldad, la mentira, orfandad, muerte eterna, iniquidad, rebelión y rebeldía contra Dios, odio, división, homicidio, el robar, matar, destruir, la perversidad, aberraciones, maldiciones, opresión, deseos perversos e impuros, desobediencia en todo sentido, miedo, enfermedades, pobreza, miseria, codicia, y miles de transgresiones y obras perversas que son inspiradas por el maligno. Efesios 5 nos da una lista de las obras de la carne en las cuales también se pueden infiltrar las tinieblas.

En las obras de la Luz manifestadas por nuestro Señor Jesucristo tenemos: Salvación, paternidad, redención, sanidad, verdad, vida, fe, obediencia, bendición, unidad, apertura de las cárceles espirituales, libertad a los oprimidos y cautivos, buenas obras que glorifican al Padre, grandes propósitos para preservación de vida, vida Eterna y abundante, prosperidad del alma, espiritual y material, entre cientos de miles de promesas para todos los creyentes. En Efesios 5 también tenemos los frutos del Espíritu Santo de Dios para cada creyente, que hablan de una obra de perfección en el corazón del ser humano.

Cristo destruyó, deshizo, rompió, desmenuzó al diablo y a toda obra del mal que él había establecido en el mundo y en el corazón de los seres humanos. Solo tienes que creer en él y entregarte a Jesucristo de Nazaret como tu único y suficiente Señor y Salvador para que se activen las promesas de Dios en tu vida. En las manos de Jesucristo podemos tener vida y ser luz en medio de las tinieblas, y así poder experimentar el beneficio que nos arropa al meternos bajo la jurisdicción del triunfo del Hijo de Dios, quién se sometió a la voluntad de su Padre Eterno, y vino a reconciliar el mundo con el Padre por medio de él, haciéndonos más que vencedores y llevándonos espiritual y naturalmente a un nuevo estatus de vida, a una nueva posición espiritual y natural por causa de la remisión de pecados por causa de su Sangre preciosa, gracias al perdón de pecados y a su misericordia y Gracia divina que nos concedió una nueva oportunidad para vivir en esta vida y en la venidera. ¡Gloria a Dios!

No somos salvos por obras, "Es por gracia", aunque hay obras que hacer para el Reino, todo es por medio de aquel que nos amó y nos trasladó de las tinieblas a su luz admirable. Jesucristo una vez que aplasto al enemigo, vino y nos delegó poder y autoridad sobre las tinieblas, que se activan en nosotros gracias al sello y a la majestuosa presencia del Espíritu Santo de Dios en cada creyente.

Mateo 10:1 "Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar todo enfermedad y toda dolencia.


Jesucristo no solo venció al diablo, sino que dejó al Espíritu Santo con el creyente y le dio una autoridad sobrenatural para vencer al pecado y a las huestes espirituales de maldad en el poderoso nombre de Cristo Jesús, para que podamos ser libres de los ataques del maligno y para que en su nombre podamos hacer las obras del Reino de Dios en la tierra, que es principalmente ganar almas proclamando las buenas nuevas de salvación, libertar al cautivo, echar fuera demonios y para sanar enfermedades. 

En Jesucristo somos librados de la potestad de las tinieblas, aunque hay pruebas, y guerras, Jesús nos advirtió que en este mundo tendríamos aflicción, persecución y hasta muerte, él venció, y en él y por medio de él somos más que vencedores por medio de la fe puesta en Jesús, así que con un corazón agradecido debemos creer sin dudar con todo nuestro corazón en su obra redentora y en su poder y su cuidado para con sus hijos amados. Esto nos lleva a exaltar y dar gloria y honra a su precioso nombre, adorarle y apartarnos para él, sabiendo que el Señor Jesús tiene cuidado de nosotros.

Colosenses 1:13 "Porque él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado.

Amados hermanos, Jesucristo hizo acto de presencia en la historia de la humanidad con un propósito, destruir todas las obras de maldad realizada por el diablo, y lo logró en la Cruz del Calvario y luego resucitando al tercer día porque el pecado no tuvo ni tiene autoridad sobre él, así que confiemos ciegamente en la obra perfecta de nuestro amado Jesús, no somos huérfanos, ni estamos solos, su presencia está con nosotros y su amor nos restaura y nos guía y fortalece cada día para que no desmayemos, somos de Dios y "Mayor es el que está con nosotros" El Espíritu del Señor nos da identidad, nos forma, ordena nuestras vidas, nos purifica y santifica, nos da poder, él nos recordara y nos revelará toda verdad, nos convencerá de pecado y hará que de nuestro interior corran ríos de agua viva para la gloria de Dios. Estamos apartados para Dios.

1 Juan 4:4 "Hijitos ustedes son de Dios y han vencido, porque mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo".


¡Gloria a Dios!