miércoles, 8 de septiembre de 2021

MANTENTE LIBRE


 Gálatas 5:1 "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud"

Desde el comienzo de la historia de la humanidad o "En el  principio..." el ser humano creado por Dios "Adán" fue hecho perfecto a imagen y semejanza de Dios y fue hecho completamente libre, nunca fue el plan de Dios crear o tener a una humanidad cautiva, eso nos queda claro cuando leemos que el hombre fue creado y colocado en el Huerto del Edén para que lo guardara y lo trabajara y esté se paseaba por el Huerto libremente y hablaba con Dios quien le delegó autoridad y labores, y luego fue creada su compañera "Eva" y ambos andaban por el Huerto felices, libres y desnudos y eso no les avergonzaba. 

Sin embargo Adán y Eva pecan por la astucia del enemigo y desobedecen a su Creador, es así que toda la humanidad es arrastrada y contaminada y cae inmediatamente en tinieblas de muerte y es cautiva del enemigo para ser esclavos del pecado. Inevitablemente por la desobediencia la libertad del hombre es quitada, y robada de una forma abrupta, la maldición del pecado entró para quedarse y ahora el ser humano es esclavo de su propia maldad, de transgresiones, de la muerte, es un ser caído y alejado de Dios, la preciosa libertad que el Eterno le había regalado al crearlo fue arrebatada por aquel a quien Dios llama el enemigo de nuestras almas, satán, lo que dio pie a que Adán y Eva comenzaran a temer, a avergonzarse, esconderse y a huir de la presencia de su Creador.

Yo no sé cuál será tu testimonio, yo no sé si alguna vez has estado tras las rejas, pero la peor cárcel que hay es la cárcel del pecado, del alma, la cárcel del espíritu, la cárcel de la mente, la cárcel del cuerpo, de la mentira, esas cárceles que te hacen creer que eres libre, y realmente pareces libre, pero no lo eres, estás preso, eres cautivo de satanás, estás en tinieblas, pero caminando por las calles, estás sentado en la silla de tu casa, quizás trabajando, estudiando, o en una relación, metido en una secta satánica y muchas veces si te sinceras contigo misma podrías confesar que estas  asistiendo cada domingo a una preciosa iglesia, pero tú sabes que sigues cautiva, de seguro nadie mejor que tú sabes que algo no está bien dentro de ti. Pues el Espíritu Santo nos da convicción de pecado y nos hace saber cuál es nuestra condición, si sigues atada al pecado, al un mal, en relaciones ilícitas, a la envidia, a la idolatría, a la falta de perdón, a una enfermedad, a una religión, orgullo, quieres ser salva por tus propios medios, hacer obras y saltarte la Cruz, egolatría..., no sé, ponle tú el nombre...  Entiendo que esto pasa porque muchas veces no entendemos el plan de Dios, por el engaño del enemigo, nos cuesta morir a nosotras y al mundo, ritos y religión, doctrinas de hombres, confusión, altivez, temor, yo sé que es un proceso muchas veces difícil, y hasta largo y tedioso, pero si se puede, no estás sola, el Espíritu Santo, Espíritu de verdad, consejero, sanador, libertador, guía, él siempre quiere ayudarnos para que se cumpla el propósito de Dios en nosotras y en nuestro linaje y podamos sanar y vivir en paz y libertad.

La libertad es un regalo poderoso de Dios para el ser humano, nacimos para ser libres, el Señor Jesucristo te ama y desea que seas completamente libre, no te quiere medio libre, porque Cristo no fue medio crucificado, la obra empezó y fue terminada, así mismo el desea que cada persona que viene a él reciba completamente los beneficios de la Cruz, su impagable gracia nos da derecho legal de ser libres del yugo de esclavitud del pecado, si tu ya le entregaste tu vida a Jesús, las cadenas que te mantenían atada al enemigo, al pecado, tienen que caerse, se tienen que abrir las cárceles del alma, las cárceles mentales, las cárceles del espíritu y del cuerpo, se rompen las maldiciones, todo lo que te mantenía relacionada con las tinieblas se van de tu vida en el nombre den Jesús, la obra de Jesús en la Cruz, su poderosa Sangre derramada tiene todo poder y autoridad para perdonarte todos tus pecados, iniquidades, rebeliones, rebeldías,  salvarte, libertarte, sanarte, darte alegría, paz, prosperarte, embellecerte y llenarte de vida en abundancia, darte su favor y su gracia, así que en el nombre de Cristo Jesús recibe tú libertad.

Es por eso que Pablo nos exhorta a mantenernos firmes en nuestra libertad, hay que cuidar nuestra libertad, ya Cristo nos hizo libres, nosotros en fe proclamamos y recibimos esa libertad, no tenemos que estar atados a ningún tipo de yugo, de prisión que el enemigo nos haya destinado, satanás es un mentiroso, en Jesús tu eres libre para vivir y disfrutar sus promesas, pero también Pablo nos advierte y nos recuerda que no podemos usar está libertad para darle rienda suelta a la carne y a sus deseos, y terminar en libertinaje, estaríamos entendiendo mal la libertad de la Cruz, la libertad de Cristo nos abre las prisiones espirituales internas y externas y nos liberta de los deseos de la carne, cambia nuestra visión de la vida, mientras que el Espíritu Santo nos abre el entendimiento para leer la palabra de Dios, para adorar, para orar, para dar testimonio, para recibir la predicación de la palabra, para usar los dones y con todo esto también estamos siendo libres, entonces empezamos a valorar y a amar lo que Jesús ama, servimos, aprendemos a amarnos y a considerarnos unos a otros; deseamos obedecer a Dios, por eso debemos amar y cuidar nuestra libertad, porque por ella muchos podran ser libres, empezando por tú casa. 

Y pues podría decirles que me las sé todas, pero después de tantas pruebas y fuertes procesos, y aun dentro de una iglesia por muchos años, vivía atada y no sabía cómo recibir esa libertad, estaba engañada por el enemigo, abrumada por los problemas, media sana, media libre, media salva, batallando, con dones aún aprendiendo a usarlos, y aunque sigo siendo procesada, sigo creciendo y madurando, estos han sido tiempos importantes y tiempos de liberación para mí y para mi casa, hay que decir: ¡Ya basta! es un tiempo en que he empezado a recibir y a comprender en el espíritu la libertad que Cristo compró para mí en la Cruz del Calvario, le costó su vida, él pagó un alto precio, tomo mí lugar, fue un reo por mí, y hoy no tengo ninguna intención de seguir escuchando al diablo con todas sus mentiras para mantenerme cautiva por falta de entendimiento o por incredulidad, la obra que Jesús hizo tiene múltiples y poderosos beneficios y bendiciones naturales y espirituales, fueron dadas para ti y también para mí, recibe por medio de la fe hoy tu libertad total, proclámala, meditala, recuérdate la palabra a tí misma y cuida con celo tu libertad y no escuches a satanás y a sus demonios, Jesús los avergonzó públicamente en la Cruz, refúgiate sin razonar en la verdad y en el poder de la Cruz y sé libre. 

Jesús es y será el único Mediador y libertador delegado por Dios para perdonarnos y libertarnos del pecado. La libertad te llama hoy ¡Recibela!. 

Gálatas 5:13 "Porque, vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros".

¡Veremos su gloria!

Señor Jesús; gracias por amarme, hoy te entrego mi vida, entra a mi corazón, te pido que me perdones, y recibo tu perdón, tu sanidad, tu paz, renuncio a las tinieblas, al pecado y recibo mi libertad como hija de Dios. Amén.