sábado, 13 de septiembre de 2025

AUNQUE ANDE EN VALLE DE SOMBRA DE MUERTE


Salmo 23:4, "Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno"

El Señor me ha estado hablando con el Salmo 23 desde hacen unos meses atrás, por eso quiero meditar con ustedes en las promesas tan poderosas que hay en este salmo. Los salmos son canticos, himnos y poesías cantadas, escritas en el idioma hebreo, estos exaltan los hechos de Dios y adoran sus atributos, grandeza y la fidelidad de Dios con su pueblo. Creo que la mayoría de nosotras sabemos que fue escrito por el dulce cantor y Rey David, a quien se le atribuyen 73 Salmos de 150.

En ellos vemos abundantes cantos, poesía, oraciones, lamentos, tristezas, peticiones de auxilio, amor e intimidad con Dios. Confianza, consuelo, guerra. Elevan la divinidad de Dios en su máxima potencia y buscan magnificar sus grandes proezas.

Pero en este salmo, David habla de un “Valle”, los valles pueden tener forma de “V” o de “U”, son áreas bajas, con profundidad, y ese “Valle de Sombra de Muerte” del cual nos habla David, nos trae a la mente, una imagen de peligro, oscuridad y desafíos. A nosotras puede representarnos los momentos más difíciles de nuestra vida, donde nos sentimos hundidas en la oscuridad, enfrentando miedos, incertidumbres, pruebas, enfermedad, persecución, traumas, dolor, falta de perdón, muerte, depresión. Es un lugar donde la vulnerabilidad, la ansiedad y la soledad son evidentes.

Pero, luego David nos dice que, aunque está en ese “valle”, quizás enfrentando la muerte, declara: “No Temeré”: Está declaración de "no temeré" es un acto de fe y confianza en su Creador. Es un hombre y una mujer que han conocido y saben en quien han creído. Este valle en mi vida me va a envolver en el miedo, o en la valentía que creo que proviene de una fuente superior a mí, la fe que me dice que uno más grande que todo está conmigo y ese es mi Dios Todopoderoso en quien confiaré. Hay una promesa de protección que hoy está presente, incluso en medio de ese valle de adversidad y muerte. Y cabe destacar que, en la mayoría de los valles hay ríos, agua, por eso vamos a confiar en que, los ríos de agua viva de nuestro Señor, nos saciarán, el agua espiritual de la palabra nos alimentará, restaurará y nos levantará. ¡Aleluya!

"No temer mal alguno" sugiere que, los desafíos existen, siempre habrá una batalla, "en el mundo tendrán aflicción", pero yo tengo un Dios que tiene el poder de dominarnos y de dominarlo todo, porque él ya venció. David nos recuerda que, siempre debemos tener esperanza y seguridad en el Altísimo, basada en la creencia de que la presencia del Espíritu Santo nos acompaña y nos protege, él nunca nos dejará, y con él y la espada del Espiritu, que es la palabra de Dios, podemos superar cualquier dificultad.

Somos “Ovejas de su Prado”, nuestro Padre cuida de nosotras. El Señor Jesucristo nos prometió al Consolador, al poderoso, ponte la armadura de Dios y ten fe de que pronto saldrás de ese valle y vencerás a la muerte y a la oscuridad en tu vida. Canta, ora, llora, ponte a cuentas con el Señor, guerrea, está atenta a su revelación, pero, ante todo, exalta sus maravillas y la grandeza de tu Dios. Saldrás de allí y contarás sus milagros y prodigios en tu vida. En el nombre de Cristo Jesús. ¡Amén!

Suscríbete y comenta, cuál a sido tu peor valle de sombra de muerte y como Dios te libró.


Yubisai Suniaga Rada 

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