lunes, 12 de mayo de 2025

DIOS ESTÁ CONMIGO

 

Jueces 6:12 “Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

En este pasaje, del libro de Jueces 6, leemos la historia del llamamiento de Dios a Gedeón. Podemos ver cómo el ángel de Jehová, se le aparece a Gedeón y empieza a hablar con él y lo llama: “Varón esforzado y valiente”. Pero no solo eso, le dice: “Jehová está contigo”. Para el asombro de este joven, el Dios de Israel se le aparece, y le afirma: “Jehová está contigo”. En este tema, nos vamos a enfocar en la presencia de Dios en la vida de este joven y en la de nuestras vidas. Entenderemos, que Dios quiere, puede y prometió estar con nosotras, en todo tiempo.

Gedeón, después de hacerle varios cuestionamientos a Dios, el Ángel de Jehová le habla, y le dice: “Ve con esta tu fuerza y salvarás a Israel… ¿No te envío yo?”. Es lo mismo que decir: “Yo te envío”, pero Gedeón, en su naturaleza, no podía entender cómo era que Dios le estaba llamando, y diciéndole que estaba con él. Entonces él le respondió: “He aquí que mi familia es pobre en Manasés y yo, el menor de la casa de mi padre”. Pero Jehová le dijo: “Ciertamente, yo estaré contigo”, o sea, le corrobora lo que le había dicho en un principio. Ciertamente, es una confirmación de algo que es verdad, no hay quien lo refute, dice: “Yo estaré contigo”, no le importa su edad, ni su estatus social. Luego le revela, la razón por la que estará con él. “Derrotarás a los madianitas como a un solo hombre”.

Imagínate a Gedeón tratando de entender lo que está pasando y lo que Dios le dice. Él, el más pequeño de la casa, derrotaría a sus enemigos, no como si estuviera con un ejército, sino, como si fuera un solo hombre. Interesante, pero esto no se trataba de Gedeón. Él consideraba, que él no era digno de la tarea que Dios le entregaba, nadie lo es, pero la verdad es que, lo que Dios nos dice que hagamos, va a funcionar, porque él estará con nosotras como lo estuvo con Gedeón. Dios, es el Todopoderoso. Dicen por allí que; “Dios y yo somos mayoría”, la labor no dependía de la fuerza humana, sino de la fuerza, el poder y la intervención divina.

Sin embargo, él le pide una señal a su Creador, para saber si lo que está escuchando realmente era verdad. Dios acepta sin ningún problema. Después de darle la señal, entonces Gedeón hizo allí un altar al Señor.

En esta historia, tan hermosa y poderosa, podemos ver la interacción de Dios, con un hombre que ha sido escogido y llamado para una labor específica. Él derrotaría a los madianitas, a los enemigos de Israel. En ese momento, los tenían prisioneros y se comían sus sembradíos. El pueblo de Dios se escondía en cavernas, mientras que los madianitas destruían los frutos de sus cosechas. Era un tiempo de dura prueba y de hambre para Israel. Pero Dios se le apareció a Gedeón, cuando estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas y le dio buenas nuevas. El fin de sus opresores estaba cerca.

Podemos observar, en este pasaje, como Dios trata con sus hijos. Él no nos abandona. Entendiendo que Dios aparece en tu vida, cuando tú menos te lo imaginas. Quizás cuando la opresión del enemigo te ha robado la esperanza, el Señor aparece en tu vida y te devuelve la confianza y la fe, porque él no se ha olvidado, ni se olvidará de ti.

En los tiempos de prueba, creemos que Dios nos echa a un lado. Y pensamos que ya no escucha nuestro clamor. Pero podemos ver en la historia de Gedeón, que Dios no se olvida de su pueblo. Asimismo, yo quiero decirte hoy, que el Altísimo jamás se olvidará de ti. Dios no abandona a su pueblo, a su gente, a sus hijos, a sus santos. No los abandono en el pasado y tampoco en este tiempo. Él es nuestro Padre y nos cuida y nos ama.

Si hoy estás pasando por alguna situación, por algún problema, una enfermedad, una división familiar, no tienes trabajo, no tienes dinero, te falta comida; yo quiero decirte que, Dios está viendo tu situación y que tu clamor está llegando a su trono. Jueces 6:7 dice: “los hijos de Israel clamaron a Jehová”. Clama a Dios, y verás su poder y su mano poderosa ayudándote, dándote las estrategias para vencer a todos tus enemigos. Él te va a ayudar, a derrotar las tinieblas que te afligen, porque el poderoso está contigo para librarte.

Dios es nuestro ayudador, un Padre bueno y todos sus planes para nosotros son altos y grandes. La mayoría de los procesos, nos trasladan, nos levantan, nos sacan carácter, frutos, autoridad. Nos permiten ver el rostro, el carácter y la fidelidad de Dios.

Dios es fiel. El apóstol Pablo escribió en el libro de Romanos 8:28: “para los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien”. Debemos seguir confiando en nuestro Señor Jesús. Su Santo Espíritu nos guía a la victoria. Hay que seguir creyendo que él nos socorrerá y nos rescatará de cualquier situación que estemos pasando, porque su mano poderosa no se ha acortado.

Jesús nos dijo: “En este mundo tendréis aflicción, pero confíen, yo he vencido al mundo”. Sigue confiando. Levántate y verás al poderoso de Israel actuando a tu favor. Recuerda, él no te ve como tú te ves, él ve lo que realmente tú eres en él y cómo él te creó.

A Gedeón le dijo: “Varón esforzado y valiente” Hoy a ti también te dice: Mujer esforzada y valiente. Mujer de fe, mujer virtuosa. Mujer trabajadora, luchadora. Guerrera del Señor. Dios sabe que eres una mujer que no desmaya. Una dama llena de la palabra de Dios. Que, aun en los tiempos más difíciles, seguirás confiando y creyendo que tu Rey te sujeta para que no caigas. El Espíritu de Dios aviva tu fe: “Yo estoy contigo”. Verás milagros del Señor en tu vida. Su gloria se manifestará en ti, en tu matrimonio y en tus hijos, en tu negocio, en tu salud. En toda tu casa y tu labor. 

Dios no miente. Somos templo del Espíritu Santo de Dios, y tienes que confiar en tu Señor, Rey y Salvador, porque ciertamente, él está contigo como poderoso gigante y te dará el triunfo que esperas. ¡Amén!

 


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