Salmo 23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Creo que, todos en algún momento hemos declarado esta oración: “el
bien y la misericordia de Dios me persiguen todos los días de mi vida”.
Pero, a que se refiere con ¿El bien y la Misericordia? Por un lado, he
escuchado que el “bien y la misericordia” son dos ángeles que te producen el
bien y la misericordia de Dios. Y por otro lado, dicen que el bien se refiere a
la bondad, la generosidad y las bendiciones que Dios te provee cada día. Es
todo lo bueno que experimentamos en la vida, como la salud, la provisión, las
relaciones, la alegría, la paz etc, y como estás se estacionan en tu vida. Y la
Misericordia la entendemos cómo; el amor incondicional, la compasión y el
perdón de Dios. Es su gracia, su capacidad de perdonar nuestros errores y de
darnos nuevas oportunidades mientras caminamos en él y con él.
"Me seguirán todos los días de mi vida": Esto significa que el bien y la
misericordia de Dios nos acompañarán constantemente, cada hora, cada minuto, a
donde vaya y en cada momento de nuestra existencia. No importa si estamos en pruebas o pasando circunstancias duras, la palabra dice que: "Para los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien". Y todos los días se refiere a
una presencia constante, no ocasional.
"En la casa de Jehová moraré por largos días": Casa de jehová, su presencia en la tierra, en su iglesia, al lugar de adoración, la koinonía con nuestros hermanos, en nuestra vida y la vida eterna con Dios. También "casa de Jehová" puede referirse o simboliza la vida en comunión con Él para siempre, somos nosotros habitando en él, en su Reino en la tierra. Y la palabra “ciertamente”, nos asegura que es una determinación que es puntual y verdadera.
David, nos habla de fe y así la declara dándonos testimonio de su confianza
en Dios. El salmista reconoce que el bien y la misericordia de Dios son
constantes en su vida, y que él anhela vivir en el amor, en la misericordia y
en la presencia de Dios cada día y para siempre.
Jesús de Nazaret nos dijo que, el Consolador, su Espíritu, estaría con
nosotros todos los días y hasta el fin del mundo. Él nos ayudaría, enseñaría y
nos revelaría toda su verdad, para mí, esto es parte del bien y la misericordia
de nuestro Padre Celestial. Es parte de su amor, fidelidad y su bondad. Por
ello, así como David lo proclama, yo lo proclamaré, creyendo en fe que su bien
me sigue y en gratitud me regocijaré y lo exaltaré por sus bondades, en su casa
y con todos mis hermanos en Cristo Jesús.
Dios es bueno, por eso hoy, estoy más segura que en cualquier época de mi vida, y después de tantos procesos y pruebas que, el bien y la misericordia de Dios me han seguido y me han alcanzado. Así mismo, te ánimo a que tengas fe y ha que lo creas con todo tu corazón y lo declares como el salmista David, porque tu Padre es bueno y te ama con amor eterno, sus misericordias para ti han sido nuevas cada mañana y su bien te a sustentado cada día. ¡Gloria a Dios!
Yubisai Suniaga Rada
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